Ingredientes: – Un pejelagarto senil, amañado y ventajoso de, digamos, unos 65 kilos (si quiere atragantarse, consiga uno de mayor peso, pero no es recomendable) – 15 mil millones de neuronas marinadas y reposadas durante 6, 12, 18, 24 años (a mayor tiempo. peor sabor) – Aceite al gusto de sesos de monos (perredistas, petistas, … Continued
Ingredientes:
– Un pejelagarto senil, amañado y ventajoso de, digamos, unos 65 kilos (si quiere atragantarse, consiga uno de mayor peso, pero no es recomendable)
– 15 mil millones de neuronas marinadas y reposadas durante 6, 12, 18, 24 años (a mayor tiempo. peor sabor)
– Aceite al gusto de sesos de monos (perredistas, petistas, morenos, ¡usted elija!)
– Toneladas y toneladas de mentiras desflemadas
– Harina de hipocresía
– Una buena dosis de cinismo para gratinar
– Vinagreta de poco pudor
– Para condimentar no olvide sal de lengua viperina, pimienta de falsedad, unos buenos chorros de oportunismo y rodajas de populismo para condimentar
Mostrar historial de mensajes
Deje caer el pejelagarto bien marinado y revolcado en la harina de la hipocresía en un sartén bien precalentado y poco a poco agregue los sesos de los monos, las mentiras y las neuronas (no olvide éstas últimas porque, si no las agrega, le saldrá otro platillo). A fuego lento, déle vueltas constantemente para que no se queme (bueno, si se quema ¡qué más da!= y póngale sal de lengua viperina de manera pausada, al igual que pimienta de falsedad y una vez que esté bien tatemado, sáquelo del sartén y póngalo en una charola donde previamente haya vaciado los chorros de oportunismo. Échele encima el cinismo para gratinar, métalo en el microondas unos 3-4 sexenios y cuando lo saque adorne con las rodajas de populismo y acompañe con la vinagreta de poco pudor.
Degustación:
Este platillo sólo lo pueden saborear incautos y crédulos (perredistas, petistas, morenos…) acostumbrados a indigestarse con cualquier comida chatarra que les sirven. Los meseros que deben llevar el plato a la mesa no pueden ser otros más que Ricardo Monreal y Martí Batres, quienes no deben olvidar amenizar con música de Daniela Romo: “Dime porqué, me dices siempre solamente mentiras; dime porqué, no dices nunca la verdad”.
¡Provechito!
www.lapoliticamedarisa.mx