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El jueves de la semana pasada el Banxico dio a conocer la minuta de la Junta de Gobierno con motivo de la decisión de política monetaria del 29 de enero, en la que se mantuvo la tasa de referencia en 3.0 por ciento. Lo más destacado de la minuta fue la confirmación del sesgo restrictivo que parece apuntar a que el siguiente movimiento en la tasa de referencia será a la alza.

La decisión se dio en medio de un entorno internacional complicado, caracterizado por divergencias importantes en términos de ritmos de crecimiento y en política monetaria de las principales economías del mundo, así como por la ocurrencia de dos choques cuyas magnitudes aún no terminan por digerirse: la acelerada y estrepitosa caída en el precio del petróleo y la apreciación del dólar.

Para el Banxico, está claro que el balance de riesgos para el crecimiento de la economía mundial ha seguido deteriorándose, y en este complicado contexto se ha acentuado la vulnerabilidad de algunas economías emergentes cuya estabilidad depende de manera importante de los ingresos petroleros y del flujo de recursos internacionales.

Sin embargo, el Banxico también reconoció que la caída en los precios de los energéticos y otras materias primas a nivel global están teniendo un efecto deflacionario en algunas de las principales economías del orbe, lo que podría ser determinante en las decisiones de política monetaria de varios bancos centrales, incluyendo a la Reserva Federal (Fed).

En el caso específico de la Fed, que es determinante para el Banxico, algunos miembros de la Junta de Gobierno expresaron que la Reserva podría diferir su primer movimiento al alza si la inflación en Estados Unidos se ubica de manera consistente por debajo de 2 por ciento. Sin embargo, otros miembros argumentaron que la disminución en los precios de la gasolina podría ser temporal, y por lo tanto la Fed no necesariamente diferirá su decisión de subir la tasa.

En virtud de esto, la recomendación parece ir en el sentido de que las economías emergentes deben operar bajo el supuesto de que el ciclo de alza en tasas en Estados Unidos comenzará más temprano que tarde, y por lo tanto deben prepararse fortaleciendo sus fundamentos económicos.

En el caso de la actividad económica en nuestro país, la minuta confirmó que la actividad económica ha mantenido un moderado ritmo de recuperación impulsado principalmente por el sector externo, mientras que por el lado del sector interno el consumo privado sigue sin dar señales claras de recuperación.

Los miembros de la Junta de Gobierno también enfatizaron que a pesar de la moderada recuperación en el ritmo de actividad económica, la economía mexicana se encuentra todavía por debajo de su crecimiento potencial y aún enfrenta riesgos importantes. Asimismo, los miembros de la Junta de Gobierno coincidieron de manera contundente en que durante el 2015 había varios factores, como los observados durante enero, que deberían contribuir a una convergencia de las cifras de inflación al objetivo de 3 por ciento.

En este contexto, la Junta de Gobierno parece confirmar su inclinación hacia una postura macroeconómica menos expansiva, ya que mantenerla podría tener un impacto en términos de crecimiento mucho menor a su costo en términos de congruencia y estabilidad macroeconómica. En este sentido, algunos miembros de la junta destacaron que no hay espacio para una nueva reducción en la tasa de referencia.

En mi opinión, la minuta parece refrendar la expectativa de que el Banxico está listo para actuar en sincronía con la Fed, pero no se animará a especular subiendo las tasas de manera anticipada a la Fed.