Sin embargo, tanto el mercado como la Fed podrían estar subestimando la tasa terminal de este ciclo
Después de la evidente desaceleración en el ritmo de descenso en la inflación en los datos de enero y la fortaleza de los datos de empleo del mismo mes en Estados Unidos, los mercados por fin comenzaron a alinearse con el escenario de tasas de interés más elevadas que la Fed viene postulando desde diciembre.
Vale la pena recordar que a pesar del tono hawkish (restrictivo) del comunicado que acompañó a la decisión de política monetaria del 1 de febrero, el mercado seguía apostando a que la Fed bajaría las tasas en la segunda mitad de este año.
Sin embargo, esta apuesta finalmente claudicó. Ahora, los mercados de futuros de tasas descuentan incrementos de un cuarto de punto en las reuniones de la Fed de marzo y mayo, lo cual dejaría la tasa en un rango de 5.0 a 5.25 por ciento.
Asimismo, los futuros ahora anticipan que dicho nivel se mantendría durante el resto del 2024, lo cual contrasta con el escenario de hace un par de semanas que descontaba entre uno y dos recortes de un cuarto de punto cada uno durante la segunda mitad del año.
El cambio de expectativas también se ha reflejado en un importante movimiento al alza en las tasas de largo plazo. La tasa que paga el bono del Tesoro a 10 años ha subido de 3.34% al inicio de febrero, a 3.83% al cierre del viernes pasado.
Estos movimientos fueron acompañados de un ligero ajuste en los mercados accionarios. Después de alcanzar máximos para este año a principios de febrero, el S&P 500, Nasdaq y Dow Jones han bajado 1.9, 3.1, y 1.2%, respectivamente.
El ajuste, hasta ahora, ha sido menor considerando que estos índices traen ganancias acumuladas en lo que va del año de 6.2% (S&P 500), 12.6% (Nasdaq) y 2.0% (Dow Jones).
Aunque las expectativas del mercado en cuanto al rumbo de las tasas de interés ya se alinearon con el discurso de la Fed, el riesgo es que ahora tanto la Fed como el mercado estén detrás de la curva.
En este sentido, es muy probable que la publicación de nuevos estimados macroeconómicos que acompañará la decisión de política monetaria de la Fed del 22 de marzo incluya cambios en la trayectoria esperada para las tasas de interés.
Algunos especialistas han comenzado a hablar de un posible aumento más agresivo de medio punto para la reunión de marzo o de un ciclo más largo de alzas, lo cual implicaría una tasa terminal más alta para este ciclo. El mercado de futuros también ha comenzado a asignar una mayor probabilidad a que la tasa alcance un nivel máximo de 5.25 a 5.50% para junio.
Sin embargo, tanto el mercado como la Fed podrían estar subestimando la tasa terminal de este ciclo.
A menos de que observemos una aceleración en la trayectoria de descenso de la inflación en los próximos meses, o un importante deterioro en la situación del mercado laboral, es probable que las tasas tengan que subir a un nivel por arriba del que el mercado está descontando hasta ahora, pudiendo llegar a 6 por ciento.
Pasando al caso de México, podríamos estar ante una situación similar o peor ya que la inflación, lejos de reducir su ritmo de ascenso lo ha incrementado. Hace unos días, el subgobernador de Banco de México, Jonathan Heath, mencionó que la tasa de fondeo podría seguir subiendo hasta quedar en un rango entre 11.25 y 11.75% y permanecer ahí un buen rato.
Tomando en cuenta que la tasa actualmente se ubica en 11%, este columnista cree que la parte alta del rango mencionada por Heath es un escenario más probable, a menos de que haya una verdadera sorpresa positiva en el frente de combate a la inflación.