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No hay duda de que el equipo negociador de las coberturas petroleras es uno de los más eficientes de la Secretaría de Hacienda.

Su mejor logro en tiempos recientes se dio en la negociación del blindaje petrolero para el 2015. Se consiguieron coberturas a un precio de 76 dólares por barril y el promedio de la mezcla mexicana fue de 39.90 dólares por barril.

Claro que al mismo tiempo el gobierno y el Congreso estimaron un precio para ese año de 79 dólares por barril, lo que implicó un enorme fracaso presupuestal, cubierto con pocos recortes, mayor déficit y más deuda.

Para este año también consiguieron una buena cobertura en torno a los 50 dólares, cuando hemos visto precios incluso por debajo de los 30.

El próximo año, ya lo sabemos, se mantendrán bajos los precios de los hidrocarburos y ése tiene que ser el eje central de las estimaciones económicas para este país.

La versión que conocimos el fin de semana es que el gobierno mexicano habría aprovechado la burbuja de precios de junio pasado, cuando los referentes internacionales pasaron de los 52 dólares por barril, para comprar las coberturas del 2017. Si así fue, se habría adelantado la operación y seguro que se logró un nivel similar o incluso superior a lo proyectado.

En tres semanas, la Secretaría de Hacienda está obligada por ley a presentar al Congreso su propuesta de paquete económico que incluye el estimado del precio del petróleo.

En los llamados Precriterios de Política Económica de abril estimaron un promedio para el 2017 de 35 dólares por barril.

Si se concretan los planes de Arabia Saudita de lograr un acuerdo entre productores, si mejora el desempeño económico de más de una región del planeta, si China estabiliza su economía, podríamos tener una estimación baja.

Sin embargo, algo que resulta muy conveniente es ser conservadores con los precios del petróleo, sobre todo cuando la economía mexicana está altamente desequilibrada en sus finanzas.

Lo que sigue es esperar, al menos, prudencia en el paquete económico del próximo año. Si el gobierno federal se declara sin habilidad fiscal para mejorar los ingresos por la vía tributaria, al menos deberá poner un contundente remedio a los desequilibrios de la cuenta corriente por la vía de los recortes al gasto.

Entre los lastres para el 2017 está el aumento en el costo del financiamiento, ante la certeza de los aumentos en las tasas de interés locales e internacionales. Además, las presiones cambiarias también impactan el servicio de la deuda externa mexicana.

Si la Secretaría de Hacienda confirma la contratación adelantada de coberturas, no estaremos en la antesala de un gran negocio como el que se logró en el 2015.

Incluso, si en lo que resta del año mejoran los precios y las coberturas ya quedaron contratadas, será perfectamente entendible que se aprovechara una coyuntura en medio de lo incierto de ese mercado de hidrocarburos.

La útil herramienta de 
las coberturas petroleras - val_int_petroleras_160816

Lo importante es olvidarnos del petróleo como proveedor principal del gasto público de este país. Eso sería un aprendizaje de un valor superior.