Elecciones 2024
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Fueron varios los jerarcas de la Iglesia Católica que expresaron, durante la semana en referencia a la derrota del PRI en siete gubernaturas de las 12 que estaban en disputa en los pasados comicios del 5 de junio, que ésta la provocó el presidente Peña Nieto, cuando el pasado 17 de mayo, Día Nacional de la Lucha contra la Homofobia, firmó una iniciativa para reconocer en la Constitución el matrimonio entre personas del mismo sexo; cosa que les produjo erisipela espiritual a los sedicentes ministros de Dios en la tierra, sobre todo a los de mayor jerarquía. Según su decir, los fieles católicos molestos por el error del mandatario al aprobar las uniones lésbico-gay (deberían de mandar a todos al Club Pulse de Orlando, Florida) le negaron su voto al Partido Revolucionario Institucional y de ahí su derrota.

Sin embargo, el pasado domingo, en el semanario católico, Desde la fe, en un editorial, sin firma de autor, titulado “Merecido, voto de castigo”, el texto es más prolífico en señalar la corrupción, la ineficiencia, la impunidad y otros factores que nada tienen que ver con las posibles uniones maritales entre personas del mismo sexo como los generadores del llamado voto de castigo para el partido tricolor. Transcribo dos párrafos: “la población más que elegirlos a ellos (a los candidatos ganadores) votó en contra de los peores, de los corruptos, de los cínicos, de los vividores, de quienes chupan los recursos de los pobres sin el menor asomo de culpa”. Más adelante el texto dice: “No cabe duda que el hartazgo ante al corrupción, la ineficiencia y la impunidad, así como la imparable violencia y la inseguridad en la que vive secuestrada la ciudadanía han sido los factores que llevaron a la derrota del partido en el poder”.

Por supuesto que la clerecía católica no acostumbra dar marcha atrás en ninguna de las opiniones por ella expresadas, ése fue el motivo por el que inmediatamente después del último enunciado aquí reproducido añadió: “Por eso, hace unas semanas, nos preguntábamos en este espacio si el Presidente de la República no tenía prioridades que atender antes de hacer una propuesta legislativa destructora de la familia, de sus derechos y de sus valores”.

El resto del escrito está dedicado a contradecir la primera idea expresada (la del hartazgo, la corrupción y la impunidad como causantes de no votar por el PRI) para apuntalar la tesis de que el presidente Peña Nieto apoya las uniones satánicas entre personas del mismo sexo por el “intervencionismo extranjero de poderosos lobbys auspiciados por la Organización de las Naciones Unidas, que financian esta perversión de los valores en los que secularmente se ha organizado de manera natural la familia y la sociedad. (Esa “perversión de los valores” se llama derechos humanos).

Va de cuento

Un señor, pongamos que se llama Eliseo -que es el santo que hoy se celebra- muere y viaja a un lugar donde lo recibe San Pedro.

“Bienvenido al más allá, como dicen ustedes cuando están allá, o al más acá, como decimos nosotros los que ya estamos acá. Nos encontramos en la antesala del infierno y del cielo. Lo acostumbrado es que pases un día en uno y otro lugar para que conozcas bien el ambiente y posteriormente elijas en dónde te vas a quedar por toda la eternidad. Ven conmigo. Satanás te llevará a conocer el infierno”.

Acompañado de Satanás, el visitante aborda el ascensor que, contradiciendo su nombre, desciende hasta parar en el infierno. Al llegar, el aparato abre su puerta y para sorpresa de Eliseo ve un hermoso campo de golf como no ha visto uno en la tierra. Sabedor de su gusto por este deporte, Satanás le proporciona una bolsa con los mejores palos, un caddie y un carrito. Pronto, Eliseo se hace amigo del resto de jugadores y juegan 18 fantásticos hoyos. Al atardecer, cócteles que preceden a una opípara cena y para rematar, brindis con champaña y estupenda compañía femenina hasta el día siguiente.

“Ahora vamos al cielo”- expresa Satanás y el ascensor asciende. Al abrirse la puerta del aparato, Eliseo es recibido por San Pedro, quien lo lleva a un plácido paraje de nubes por donde camina casi deslizándose. Visita el “Salón Celestial de la Fama”, donde se encuentran todos los santos, desde los apóstoles que lo inauguraron hasta Juan Pablo II. Antes del almuerzo, clase de arpa. Eliseo aprende pronto “Martinillo”. La comida consistió en peces y panes que el Señor repartía y reproducía a discreción. Por la tarde, misa de 300 padres con un coro de ángeles. La merienda fue “chocolatera con bizcochos del señor Obispo”, lo más sabroso del día; para dormir una nube con forma de almohada marca Sognare.

Al otro día, sin pensarlo dos veces Eliseo eligió el infierno para pasar ahí la eternidad. En el ascensor bajó al infierno donde lo recibió Satanás. Esta vez el campo de golf olía pútrido y estaba inundado con agua contaminada del río Atoyac. Aun así, trajeron botellas de champaña y la compañía femenina del otro día. Sólo hubo un ligero cambio, las botellas de champan no tenían hoyo, “ni las chavas”, dijo Satanás.

Eliseo, casi llorando, exclamó: “No entiendo, antier el campo estaba hermoso el champaña delicioso y las mujeres bellas y dispuestas, ¿y hoy?” Satanás sonríe: “Antier estábamos en campaña. hoy ya votaste por nosotros”.