Elecciones 2024
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Una cosa es cierta: más pronto que tarde, deberemos empezar a incorporar el riesgo político en los pronósticos y escenarios económicos de México.

En el mercado cambiario fue un día casi normal. Las operaciones estuvieron en el rango de lo que ocurre diario: entre 1,000 y 1,500 millones de dólares de transacciones. En esta normalidad, el tipo de cambio del peso frente al dólar se depreció 18 centavos, cerca de 1 por ciento. Normal fue que la mayoría de los analistas atribuyeran esta baja al descenso de los precios del petróleo. Lo que no fue tan “normal” es que algunos vincularan el movimiento del peso al nerviosismo por la contienda electoral en el Estado de México y las posibilidades de triunfo de la candidata de Morena, Delfina Gómez.

Una nota de Bloomberg atribuye a Win Thin, un analista de Brown Brothers Harriman & Co (BBH) de Nueva York, la siguiente declaración: “Los traders están anticipando una victoria del partido de oposición Morena en las elecciones del Estado de México”.

En los mercados globales, el dólar se debilitó frente a la mayoría de las monedas. El peso mexicano sólo tuvo un compañero de bajón: la moneda de Sudáfrica, que sufrió un mayor descenso que la divisa mexicana en la jornada del martes. En ese país, el presidente Jacob Zuma está enfrentando una revuelta de su propio partido. El rand sudafricano cayó más de 3% porque en el conflicto de ese país parece estar ganando terreno el grupo más hostil a la economía de mercado.

Volvamos a México. El tipo de cambio ha vivido en la montaña rusa en los últimos 19 meses por la influencia de dos factores: la volatilidad de los precios internacionales del petróleo y los cambios en el escenario político de EU, en particular el crecimiento de un sentimiento de hostilidad hacia México, incluyendo el Tratado de Libre Comercio y migración. Si ustedes revisan el comportamiento de nuestra moneda en este periodo se encontrarán con que sus alzas y bajas están relacionadas, en casi todos los casos, con estos dos factores. Si pudiéramos añadir un tercero, serían las medidas de política monetaria del Banco de México.

Por ello, es interesante la inclusión de un cuarto elemento: los escenarios electorales. ¿Estamos en el primer momento de “contaminación” política del mercado cambiario? El analista de Brown Brothers Harriman & Co es el primero en atribuir un día “malo” del peso al escenario electoral del Estado de México y, en particular, al riesgo de un triunfo de la candidata de Morena.

Es muy pronto para decir si las opiniones de Win Thin son consecuencia del rigor, la creatividad o la irresponsabilidad. Para ser francos, no ayuda que el nombre del analista de BBH parezca de cómic; en español Win Thin se traduciría como “triunfo ajustado”. Lo único claro es que durante mayo el tipo de cambio del peso había ganado 1.8% frente al dólar, esto a pesar de que llevamos todo el mes sabiendo que las elecciones del Edomex serán de pronóstico reservado. La revisión de las encuestas obliga a la cautela, nadie tiene el triunfo en la bolsa.

Una cosa es cierta: más pronto que tarde, deberemos empezar a incorporar el riesgo político en los pronósticos y escenarios económicos de México. El tipo de cambio, el consumo, la inversión privada y el PIB se moverán tomando en cuenta las señales que vengan del teatro político. El 2018 está a la vuelta de la esquina. Lo saben los mercados. ¿Por eso tiemblan?