Elecciones 2024
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En la última edición de “Sin Fronteras” analizamos los factores que impulsaron el fuerte desempeño de los mercados bursátiles en el 2019.

En este análisis, destacamos que la principal fuente de apreciación del índice S&P 500 fue por un incremento en el múltiplo precio/utilidad y no por un crecimiento en las utilidades de las empresas.

La expansión en el múltiplo simplemente refleja que los inversionistas están dispuestos a pagar más por las mismas empresas, reflejando un mayor apetito al riesgo. Esta disposición a pagar más es el reflejo principal de dos factores.

El primero es que sigue habiendo una gran cantidad de liquidez a nivel global impulsada por las decisiones de importantes bancos centrales de seguir inyectando liquidez como parte de su programa de estímulos cuantitativos.

El segundo factor es que esta ola de liquidez está en busca de rendimientos y dado que las tasas de interés se encuentran en niveles extraordinariamente bajos en casi todo el mundo e incluso son negativas en lugares como Europa y Japón, los inversionistas se ven obligados a buscar instrumentos que generen un mejor rendimiento.

Esta situación generó un fuerte flujo de recursos del resto del mundo hacia Estados Unidos, incluyendo a sus mercados accionarios. A pesar de un incremento de 29% en el índice S&P 500, los dividendos que pagaron las acciones, que pertenecen al índice, representaron un rendimiento de casi 2% en el 2019, lo cual es superior a la tasa que paga el bono del Tesoro a un año de 1.5% y también al del bono a 10 años que se ubica cerca de 1.8 por ciento.

Es por esto que, a pesar de estar en máximos históricos, los especialistas anticipan un incremento de aproximadamente 6% en el índice S&P 500 durante el 2020.

A diferencia del 2019, en esta ocasión los especialistas esperan que el incremento esté estrechamente ligado al crecimiento de las utilidades por acción de las empresas y no a una expansión del múltiplo precio/utilidad.

Adicionalmente, se espera que el rendimiento por dividendos del S&P 500 sea de aproximadamente 1.5-1.7 por ciento. Aunque, entre finales del 2019 y principios del 2020, vimos una racha espectacular en la que el S&P 500 registró 70 días consecutivos sin presentar una caída superior a 1%, lo más probable es que la volatilidad se incremente en el 2020.

Este es un año electoral y los mercados se podrían poner nerviosos si los precandidatos más progresistas del Partido Demócrata ganan terreno en las elecciones primarias.

Asimismo, si el mercado percibe que el ganador de las elecciones en noviembre podría buscar revertir los recortes a las tasas impositivas corporativas, seguramente veríamos un escenario adverso.

No obstante, el escenario base es que, independientemente de qué partido gane la elección presidencial, ninguno logrará el control absoluto del poder legislativo, lo que haría más difícil cualquier cambio significativo en la política fiscal.

En ausencia de choques geopolíticos y mientras la política monetaria se mantenga estable, el 2020 podría ser otro año de rendimientos positivos para los mercados accionarios en Estados Unidos.

No obstante, esto probablemente se dé en medio de un considerable incremento en la volatilidad.