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El 23 de marzo, el tipo de cambio estaba en 25.34 pesos por dólar. Ayer 26 de mayo, cerró en 22.26. En estas nueve semanas, la divisa mexicana ha ganado un poco más de 12% frente a la moneda estadounidense.

¿Cómo explicar el fortalecimiento del peso? En estos dos meses han pasado muchas cosas. La mayoría de ellas, en teoría, debería tener un efecto de debilitamiento de la moneda mexicana. Las exportaciones registraron una caída de 40.9% y hay una caída generalizada de la actividad productiva. En estas semanas, el Banco de México ha hecho dos bajas de tasas de interés por un total de 100 puntos base y, con ello, ha reducido el diferencial respecto a las tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos. Adicionalmente, hemos tenido algunas decisiones de política pública que afectaron el ánimo de los inversionistas: la cancelación de los permisos para la planta de Constellation Brands y las medidas en contra de las energías renovables en el sector energético.

No eres tú, soy yo podría decirle el dólar al peso. La moneda estadounidense también ha perdido valor frente a otras monedas. Su día de mayor valor fue el 23 de marzo y, desde entonces, en promedio ha caído 3% cuando se le compara con una canasta de divisas. El ajuste ha sido más dramático, frente a algunas monedas de países emergentes. El peso colombiano, el peso chileno, el real brasileño y hasta el rublo de Rusia han tenido apreciaciones significativas contra el dólar estadounidense.

¿Qué pasará en las próximas semanas? El escenario está muy abierto y cabe cualquier posibilidad. UBS Global Wealth Management pronostica una caída del dólar en el segundo semestre y el fortalecimiento de otras monedas, como el yen, el yuan y la libra.

El pronóstico de UBS no es una sorpresa. Donald Trump ha dejado claro que simpatiza con un dólar menos fuerte, porque esto le ayuda a equilibrar la balanza comercial de su país. Un dólar depreciado abarata las exportaciones de Estados Unidos y encarece las importaciones. A este afán de Trump contribuyen las acciones de la Reserva Federal para combatir la crisis económica del coronavirus: baja de tasas de interés e inyecciones masivas de dinero en la economía. El debilitamiento del dólar es algo que también es visto con buenos ojos por los organismos multilaterales. Para muchos países emergentes sería devastador un fortalecimiento del dólar. Esto es especialmente cierto para aquellos que tienen altos niveles de deuda. En un año con grandes caídas del PIB sería casi un tiro de gracia para algunas naciones el incremento en el servicio de la deuda derivado de una apreciación del dólar.

¿Qué podemos esperar del peso mexicano? Cualquier cosa puede pasar en esta montaña rusa que es el 2020. Hemos visto un caída de 37% entre el 18 de febrero y el 23 de marzo. Luego una recuperación de 12% entre el 24 de marzo y el 26 de mayo. Esta recuperación es mucho mayor que la que ha experimentado la canasta de divisas internacionales frente al dólar. Hasta ahora, el valor del peso se ha visto más impactado por el desplome y recuperación del precio del petróleo que por cualquier otra variable interna: tasas de Banxico, comportamiento y pronósticos sobre el PIB o decisiones controvertidas del gobierno federal.

¿Dólar débil seguirá trayendo peso fuerte? Nada garantiza que seguirá siendo así. Hay cuantiosas inversiones extranjeras en cartera en México y estas pueden salir en cualquier momento. Un factor de riesgo son las notas de las agencias calificadoras. Al gobierno de México le toca hacer una tarea titánica, entre otras cosas, mantener el equilibrio de las finanzas públicas y lograr que los peores pronósticos del PIB no se conviertan en una realidad. Muchas cosas deben corregirse o matizarse. ¿Habrá un espacio para la reconciliación con el sector privado?