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Elon Musk ganó el jueves 13,600 millones de dólares. Con esto, desplazó a Jeff Bezos, el CEO de Amazon, y se convirtió en el hombre más rico del mundo. Esta noticia nos dice mucho de la burbuja especulativa que se ha desatado en torno a los títulos de Tesla, que han subido más de 750% en los últimos 12 meses. También nos abre una ventana para asomarnos al futuro de la industria automotriz y de la movilidad. Musk es a los vehículos eléctricos lo que Steve Jobs fue para los gadgets: el empresario de referencia de la industria y la encarnación del futuro.

De enero de 2020 a la fecha, la fortuna de Musk creció más de 110,000 millones de dólares. Ayer a las 3 de la tarde era de 195,000 millones de dólares. El hecho de que este crecimiento se haya dado en el año de una gran crisis pone en evidencia las grandes desigualdades económicas y alimenta un debate sobre el tipo de políticas fiscales que este momento requiere, ¿es el momento de pensar en un impuesto para las megafortunas?

¿Qué pasará con la fortuna de Elon Musk? Los optimistas auguran que podría convertirse en el primer trillonario de la historia. En otras palabras, que su riqueza podría multiplicarse por 6 y llegar al millón de millones de dólares. Este grupo de Bulls es minoritario, la mayoría piensa que estamos ante una de las grandes burbujas especulativas de los últimos años, comparable a la que vive el Bitcoin. El valor de las acciones de Musk en Tesla creció más de 1,500 millones de dólares por cada hora que operó el mercado de Nueva York.

El comportamiento de Tesla en Bolsa tendrá consecuencias que durarán más que el aire en esa burbuja. El primer efecto es que ha dado a Musk el acceso a miles de millones para poner a punto sus fábricas y acelerar en el desarrollo de sus productos: automóviles eléctricos y baterías. Lo segundo, es que deja claro que Silicon Valley será protagonista de la siguiente etapa de la industria automotriz (junto a China). Detrás de Tesla viene Apple, que producirá autos. En el otro extremo del mundo, está el fabricante chino BAIC, que tiene la ventaja de atender al mayor mercado del mundo con productos muy económicos. Los vehículos del futuro serán eléctricos o híbridos, pero también estarán hiperconectados. Serán software sobre ruedas.

Tesla es la empresa automotriz más valiosa del mundo y una de las más influyentes del orbe, pero es relativamente pequeña, si hablamos de la cantidad de vehículos que produce. En 2020 fueron 510,000, un 5% de lo que produce el Grupo Volkswagen el mayor productor del mundo. Su irrupción, tomó por sorpresa al resto de la industria, los siete mayores grupos del mundo proyectan invertir 225,000 millones de dólares en esta década para producir vehículos eléctricos o híbridos. Todos han acelerado los planes de transformación. Cuenta el efecto Tesla, pero es más relevante el desarrollo de tecnologías clave y la presión regulatoria de los gobiernos, vinculada a los compromisos en materia de cambio climático y reducción de emisiones. EU, con Biden, tratará de recuperar el tiempo perdido con Trump. China aspira a que 50% de todos los coches vendidos en 2030 sean eléctricos. En Europa, para 2040, no se venderán autos de combustión interna.

México es uno de los seis mayores mercados de gasolina en el mundo y no tenemos un plan de transición para ir cerrando la etapa de los vehículos de combustión interna. La década que comienza será clave: el mundo acelerará para abrir paso a los vehículos eléctricos e híbridos, ¿podremos llegar muy lejos, si seguimos en sentido contrario?.