Elecciones 2024
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Celebramos el premio Nobel a Claudia Goldin que explica las brechas de género y empezamos los parlamentos abiertos para evaluar la reducción de la jornada semanal a 40 horas. En unas semanas tendremos la decisión del salario mínimo para el 2024. La agenda pública del mundo del trabajo es amplísima y está algo desordenada. Cuando abordaremos un asunto crucial: el sistema laboral es un gran productor de pobreza. Una fábrica de working poor.

Alrededor de seis de cada diez personas que trabajan en México carecen de salario suficiente para superar el umbral de pobreza. Son 35.6 millones de personas, aproximadamente, dice un reporte elaborado por Acción Ciudadana frente a la Pobreza que fue dado a conocer ayer, 17 de octubre. El dato no es nuevo porque llevamos años con ese número por las nubes. Se explica por el altísimo porcentaje de la población que trabaja en la informalidad, pero también por la enorme cantidad de personas que trabajan en la “formalidad”, sin tener cubierta la Seguridad Social.

La pobreza laboral se explica también por la presencia de factores de exclusión. Mujeres y jóvenes padecen discriminación que se traduce en menores ingresos. De las personas que no pueden buscar trabajo porque realizan labores de cuidado en el hogar, 90% son mujeres.

La situación de los jóvenes requiere mucha más atención: las personas que tienen entre 15 y 29 años son sólo el 27% de la población ocupada, pero representan 54% de las personas desocupadas. Dos terceras partes de los jóvenes que trabajan tienen salarios insuficientes para superar el umbral de pobreza. Seis de cada diez no tienen Seguro Social. Había 9.4 millones de jóvenes trabajadores sin seguridad social en 2018. Hay 9.6 millones en 2023.

¿Qué ha pasado en el sexenio de AMLO? El porcentaje de trabajadores que gana más de 20,000 pesos al mes pasó de 13 a 21%. El de los trabajadores que ganan para comprar más de dos canastas básicas, pero menos de 20,000 pesos pasó de 34 a 39%. El informe de Acción Ciudadana hace una valoración de las principales decisiones de política pública.

Entre las medidas positivas está la recuperación del salario mínimo; la reforma laboral para cumplir con las exigencias del T-MEC y la reforma para prohibir el outsourcing abusivo. Entre las medidas que tuvieron efectos negativos se encuentran la eliminación de las estancias infantiles, el fracaso del INSABI; la eliminación del programa Prospera y los sesgos de distribución de los programas sociales de transferencias monetarias.

El programa de Jóvenes Construyendo el Futuro no ha dado resultados: no hay más jóvenes con trabajo. Entre 2019 y 2023 ha erogado 91,000 millones de pesos y en él han participado 2.7 millones de jóvenes. Antes de iniciar el programa, había 3 millones 249,000 jóvenes registrados en puestos de trabajo formal en el IMSS. Para 2023, hay 152,358 jóvenes menos registrados en el IMSS con trabajo formal.

“Una de las ideas que más contamina el análisis es aquella que considera la formalidad y la informalidad como dos mundos claramente separados. No es así”, me dijo en una entrevista Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana y uno de los mayores expertos en un territorio donde convergen la política social, el mercado laboral y la pobreza.

En el ciclo laboral de la vida, las personas transitan entre trabajos formales e informales. A veces están afiliados a la seguridad social y a veces no. Las personas que tuvieron su primer trabajo formal hace 20 años han estado afiliados al sistema formal menos de un tercio de su vida laboral, dice el reporte publicado ayer. Entre más tiempo lleva trabajando una persona, más probable es que haya tenido la experiencia de trabajar sin prestaciones.

Cuando vemos el mercado laboral no podemos decir que el vaso está medio lleno o medio vacío… está roto, decía Gómez Hermosillo cuando presentó el reporte anterior en mayo. La cosa sigue casi igual. El vaso sigue roto, ¿qué hacemos con él?Celebramos el premio Nobel a Claudia Goldin que explica las brechas de género y empezamos los parlamentos abiertos para evaluar la reducción de la jornada semanal a 40 horas. En unas semanas tendremos la decisión del salario mínimo para el 2024. La agenda pública del mundo del trabajo es amplísima y está algo desordenada. Cuando abordaremos un asunto crucial: el sistema laboral es un gran productor de pobreza. Una fábrica de working poor.

Alrededor de seis de cada diez personas que trabajan en México carecen de salario suficiente para superar el umbral de pobreza. Son 35.6 millones de personas, aproximadamente, dice un reporte elaborado por Acción Ciudadana frente a la Pobreza que fue dado a conocer ayer, 17 de octubre. El dato no es nuevo porque llevamos años con ese número por las nubes. Se explica por el altísimo porcentaje de la población que trabaja en la informalidad, pero también por la enorme cantidad de personas que trabajan en la “formalidad”, sin tener cubierta la Seguridad Social.

La pobreza laboral se explica también por la presencia de factores de exclusión. Mujeres y jóvenes padecen discriminación que se traduce en menores ingresos. De las personas que no pueden buscar trabajo porque realizan labores de cuidado en el hogar, 90% son mujeres.

La situación de los jóvenes requiere mucha más atención: las personas que tienen entre 15 y 29 años son sólo el 27% de la población ocupada, pero representan 54% de las personas desocupadas. Dos terceras partes de los jóvenes que trabajan tienen salarios insuficientes para superar el umbral de pobreza. Seis de cada diez no tienen Seguro Social. Había 9.4 millones de jóvenes trabajadores sin seguridad social en 2018. Hay 9.6 millones en 2023.

¿Qué ha pasado en el sexenio de AMLO? El porcentaje de trabajadores que gana más de 20,000 pesos al mes pasó de 13 a 21%. El de los trabajadores que ganan para comprar más de dos canastas básicas, pero menos de 20,000 pesos pasó de 34 a 39%. El informe de Acción Ciudadana hace una valoración de las principales decisiones de política pública.

Entre las medidas positivas está la recuperación del salario mínimo; la reforma laboral para cumplir con las exigencias del T-MEC y la reforma para prohibir el outsourcing abusivo. Entre las medidas que tuvieron efectos negativos se encuentran la eliminación de las estancias infantiles, el fracaso del INSABI; la eliminación del programa Prospera y los sesgos de distribución de los programas sociales de transferencias monetarias.

El programa de Jóvenes Construyendo el Futuro no ha dado resultados: no hay más jóvenes con trabajo. Entre 2019 y 2023 ha erogado 91,000 millones de pesos y en él han participado 2.7 millones de jóvenes. Antes de iniciar el programa, había 3 millones 249,000 jóvenes registrados en puestos de trabajo formal en el IMSS. Para 2023, hay 152,358 jóvenes menos registrados en el IMSS con trabajo formal.

“Una de las ideas que más contamina el análisis es aquella que considera la formalidad y la informalidad como dos mundos claramente separados. No es así”, me dijo en una entrevista Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana y uno de los mayores expertos en un territorio donde convergen la política social, el mercado laboral y la pobreza.

En el ciclo laboral de la vida, las personas transitan entre trabajos formales e informales. A veces están afiliados a la seguridad social y a veces no. Las personas que tuvieron su primer trabajo formal hace 20 años han estado afiliados al sistema formal menos de un tercio de su vida laboral, dice el reporte publicado ayer. Entre más tiempo lleva trabajando una persona, más probable es que haya tenido la experiencia de trabajar sin prestaciones.

Cuando vemos el mercado laboral no podemos decir que el vaso está medio lleno o medio vacío… está roto, decía Gómez Hermosillo cuando presentó el reporte anterior en mayo. La cosa sigue casi igual. El vaso sigue roto, ¿qué hacemos con él?