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El fortalecimiento de los últimos meses en las cifras de empleo —después de la debilidad observada en marzo, abril y mayo— y una lenta pero cada vez más evidente recuperación en los salarios ha comenzado a alimentar la percepción de algunos miembros del FOMC de que la Reserva Federal (Fed) debe reanudar cuanto antes el proceso gradual de incrementos en la tasa de interés de referencia que comenzó a finales del año pasado y que ha sido temporalmente interrumpido por diferentes factores durante este 2016.

Para los votantes más hawkish del FOMC, la falta de acción podría poner a la Fed detrás de la curva, alimentando una burbuja financiera y restando importancia a la posibilidad de un repunte inflacionario. En este sentido, la evaluación de la Fed sobre la situación del mercado laboral se vuelve crucial.

Si las cifras de empleo de agosto, que se publican mañana viernes, mantienen la robusta recuperación observada en junio y julio, la Fed tendrá más dificultades para seguir posponiendo su siguiente incremento en la tasa de referencia. De acuerdo con el consenso de mercado, la economía debe añadir cerca de 180,000 empleos no agrícolas durante agosto. De cumplirse o superarse esta cifra, la economía estadounidense habrá añadido 727,000 plazas durante el junio, julio y agosto, contrastando de manera muy favorable con las 354,000 plazas creadas durante marzo, abril y mayo.

Asimismo, el mercado estará muy atento al comportamiento de los salarios para ver si se confirma la tendencia favorable en estos indicadores. Vale la pena destacar que a julio, los salarios promedio por hora han tenido un incremento anual de 2.6% en lo que va del año, mientras que los datos a junio del índice de costo de empleo han tenido un incremento de 2.3% anual.

Es importante recordar que la recuperación del mercado laboral de los últimos años se había caracterizado por un estancamiento de los salarios, esto a pesar de que la tasa de desempleo ha tenido una disminución muy acelerada durante los últimos 36 meses.

Aunque la tasa de desempleo, la creación de nuevas plazas y el crecimiento salarial son muy importantes, hay otros indicadores laborales que la Fed tiene en el radar. Entre éstos está el número de peticiones de seguro de desempleo (que se encuentra en su nivel mínimo en los últimos 10 años) y la proporción de empleos de tiempo completo a empleos de tiempo parcial (donde por fin se observa un incremento en la proporción a favor de los de tiempo completo).

Otro dato muy importante es la tasa de participación —es decir, la proporción de la población en edad de trabajar que tiene un trabajo o está activamente buscando uno—, la cual se ubicó en julio en 62.8% en comparación con un promedio de 66.5% registrado en los 20 años previos a la crisis (entre 1987 y el 2007) y de 66% en diciembre del 2007.

Para algunos observadores, la caída en la tasa de participación es principalmente una consecuencia de que el mercado laboral no ha mejorado lo suficiente para “incentivar” a más personas a reincorporarse a la fuerza laboral; sin embargo, un estudio publicado por la Fed de Filadelfia en febrero del 2014 sugiere que el cambio en la tasa de participación está más relacionado con factores estructurales como retiro o incapacidad.

Si la disminución en la tasa de participación es realmente un tema estructural, se podría estar subestimando el tamaño de la fuerza laboral potencial, lo cual podría significar que la incipiente recuperación que han tenido hasta ahora los salarios estaría por acelerarse de manera importante. Aunque el escenario base sigue siendo que la Fed esperará a diciembre, los datos de empleo de mañana nos darán mayor claridad sobre una posible alza en septiembre.