Elecciones 2024
Elecciones 2024

Los mercados bursátiles se mueven con la certeza de que dentro de 40 días el nuevo gobierno de Estados Unidos habrá de anunciar importantes beneficios fiscales para las empresas y que la administración de Donald Trump usará la construcción de infraestructura como un motor de crecimiento.

Algunas industrias esperan aumentar sus ventas, no por una mejora en la competitividad, sino por las medidas proteccionistas del magnate; otras más quieren ver cumplir al republicano sus promesas de relajar las medidas de supervisión financiera.

En fin, los máximos históricos de los indicadores bursátiles, como el Dow Jones, dan cuenta de esa euforia postelectoral que ha llevado a una apuesta a la renta variable, que evidentemente busca respaldo en las cifras de la realidad económica.

Por ahora no importan las amenazas tan puntuales y bien ganadas de China ante los exabruptos de Trump, tampoco pesan los señalamientos de la intervención rusa en las elecciones y su resultado.

Hay, pues, el ambiente perfecto para pescar en un río revuelto, el cual podría, eventualmente, dirigirse a una cascada.

Y así, con los ánimos caldeados, la autoridad debe llegar a demostrar que tiene la cabeza fría y tomar una decisión de política monetaria que implique subir el costo del dinero.

En los mercados ya tienen totalmente descontado que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) habrá de recetar un cuarto de punto de aumento a su tasa de referencia.

No hay que perder de vista que la Fed podría no subir la tasa, podría subirla más de 25 puntos base, o bien, podría anunciar cualquier otra medida a la par de mover su tipo de interés.

Vamos, no se puede tener garantías absolutas de nada. Aunque por ahora parece una movida perfectamente bien cantada.

Lo importante será conocer el contexto en el que tomaron la decisión de subir por primera vez en el año la tasa y leer muy bien el comunicado de política monetaria, para saber cuáles fueron sus razonamientos.

Janet Yellen habrá de dar conferencia de prensa tras dar el anuncio y podremos tener claridad si los indicadores tradicionales, como el empleo, el crecimiento y la inflación, fueron los motores, o bien, están percibiendo en el ambiente postelectoral algunos otros factores que los llevaron a subir la tasa.

Lo que cuenta ahora es su perspectiva para el próximo año, el orden que puedan adelantar, el calentamiento económico y, por lo tanto, su estrategia de continuar las alzas en el futuro.

El próximo gobierno de Estados Unidos está moviendo muchas cosas en la economía local y, con ello, en la mundial; lo que es de gran valor es conocer la percepción de la autoridad monetaria de los efectos de esa movilización.

Es una visión analítica y moderada de una autoridad que, también hay que decir, ha sido cuestionada por el presidente electo de su propio país. Todo eso agrega tensión a un banco central que ya es ampliamente escrutado y seguido con mucho detenimiento en lo que hace y en lo que dice.