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IMSS, Conafor, guarderías: de la austeridad al austericidio - screen-shot-2019-05-22-at-73159-am
Foto de El Economista

La austeridad es una idea peligrosa, el que lo dude puede preguntarle a Germán Martínez Cázares, a los usuarios del IMSS o a los guardabosques de Conafor. En su carta de renuncia, el director nos ofrece algunas estampas de la situación que vive el instituto de seguridad social: “En el 2019 prácticamente está en 0% el avance de obras y el pago a proveedores, los contratos y convenios de servicios se rezagan… las compras de equipamientos (están) paradas, las reclamaciones y litigios aumentan… el IMSS Bienestar que otorga, como ordenó el presidente López Obrador, medicamentos y consultas gratuitas a personas sin seguridad social, tiene menos recursos que el último año del gobierno anterior”.

El exdirector carga contra la Secretaría de Hacienda y la acusa de injerencia perniciosa en el IMSS. “algunas injerencias de Hacienda son de esencia neoliberal: ahorro y más ahorro, recortes de personal”. Las consecuencias del ahorro, en palabras de Martínez, se traducen en “pasillos de espera llenos de personas adoloridas y mal trato o retraso en la atención de pacientes y un segundo efecto indirecto todavía peor: el fortalecimiento de los servicios de salud privados, que ocasionará mayor gasto de bolsillo de las familias”.

Martínez Cázares describe una situación lamentable: una institución que estaba en crisis, sostenida por alfileres, se está desplomando, porque le están quitando los alfileres. El exfuncionario y próximo senador culpa al neoliberalismo, porque en la 4T ésta es una manera de seguir la partitura. ¿Por qué no critica la austeridad, mejor dicho la austeridad mal instrumentada: el austericidio?.

Germán Martínez nos entrega una larga carta de renuncia que es una llamada de atención sobre los problemas de operación de un gobierno que tiene un líder popular y una narrativa poderosa, pero carece de una estrategia para operar con eficiencia en el día a día de la administración pública.

La austeridad es una idea peligrosa. Viene del latín austerus, que quiere decir áspero o difícil. Es buena para fustigar en campaña a gobiernos frívolos como el de Peña Nieto, pero difícil de aplaudir todo el tiempo, cuando se vuelve política de Estado. La austeridad mal implementada, entre otras cosas, recortó el presupuesto de la Conafor para el combate a los incendios; contribuyó a justificar el cierre de guarderías y estancias infantiles y llevó a controlar en exceso el gasto en salud. Quizá había despilfarro y corrupción, seguramente lo había. Se necesitaba combatirlo con gasto eficiente y denuncias penales, pero se optó por cerrar la cartera y abrir los micrófonos. En el primer trimestre del año, el gobierno federal reporta un subejercicio de 40,000 millones de pesos.

Germán Martínez despotrica contra Hacienda en su renuncia, entre otras cosas, porque en el sistema político mexicano es un suicidio lanzarse contra el presidente, ¿cree, por un momento, que la oficial mayor de Hacienda está actuando por fuera de la línea que marca AMLO?

¿Cuál es el costo de los ahorros? La contingencia ambiental, la disrupción de la vida de las madres que necesitan guarderías y el mayor deterioro de los servicios médicos en instancias como el IMSS y el ISSSTE. La línea que separa la austeridad del austericidio es muy delgada, ¿ya la cruzamos?