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Los mercados están a la espera del incremento que inevitablemente mañana determine el Comité de Mercado Abierto de la Reserva Federal de Estados Unidos.

Prácticamente hay consenso de que el aumento en la tasa interbancaria será de 75 puntos base. Ayer, tras el inicio de la reunión que concluye hoy con la determinación de política monetaria, 85% de los participantes del mercado creían que la tasa de referencia pasará de 2.50 a 3.25 por ciento.

Los indicadores bursátiles bajan, por lo que implica para las empresas que ahí cotizan un mayor costo de financiamiento, mientras que el mercado de dinero se presiona con los anticipos de las alzas que vienen.

Pero no toda la atención está puesta solamente en cuánto subirá la tasa de interés y en la estimación que plantee la Fed sobre el comportamiento inflacionario en los meses por venir. Hay grandes expectativas sobre las proyecciones que haga el banco central de los Estados Unidos sobre el desempeño del mercado laboral.

Los analistas de Wall Street ven casi imposible que no haya un impacto en el mercado laboral del incremento tan fuerte y acelerado de las tasas de interés. Al final, se trata de una estimación del futuro desempeño de la economía en su conjunto, pero es la tasa de desocupación lo que tiene como referente el banco central.

Esta es la eterna discusión de lo que implica una política monetaria tan restrictiva. El balance inflación-desempleo.

La Fed es un banco central con un mandato dual, por lo que debe cuidar tanto el poder de compra de la moneda a través del objetivo de una inflación constante de 2% anual. Pero también tiene como tarea procurar niveles de pleno empleo y con ellos de crecimiento sostenido de esa economía.

Una institución como el Banco de México tiene dos características básicas, la primera es la autonomía y la segunda es que tiene como mandato casi único cuidar que la inflación no afecte el poder de compra.

Sin embargo, tiene como una tarea no escrita mantener la cadencia con las decisiones de política monetaria de Estados Unidos. No es un asunto de soberanía ni entrega a los intereses yanquis, es simplemente el sentido común de estar atados a esa economía al 90% en el comercio, casi en su totalidad en los mercados financieros y todo lo demás que hace de América del Norte una sola región.

Hay países tan lejanos como Turquía donde no hay un banco central autónomo y donde el Presidente que tienen, ese que parece dictador, Recep Tayyip Erdogan, simplemente no le gustan las tasas de interés altas, así que en plena crisis inflacionaria global los ha llevado al suelo y con ello provocó una catástrofe inflacionaria en su país. Hasta agosto pasado la inflación turca ya andaba en 80% anual.

Se puede ser como Argentina, donde el gobierno inventa su propio nivel de inflación que, por supuesto, nadie le cree.

Así que, claro que se puede ir en contra de la ruta que marque la Fed, puede haber una negación total a la realidad de una alta inflación, se puede invocar un rancio nacionalismo y se puede inventar un escenario imaginario en el mundo de los otros datos.

Otros movimientos

Suecia

Este martes el banco central de Suecia incrementó las tasas de interés en un punto porcentual, a 1.75%, una medida mayor a la esperada, y advirtió que habrá más alzas.

Brasil

El Banco Central de Brasil se debate hoy entre subir nuevamente su tasa de referencia en 25 puntos base o mantenerla en 13.75%, lo que podría poner fin a 12 meses de alzas ininterrumpidas.

BCE

El jueves pasado el Banco Central Europeo subió la tasa de interés 75 puntos base, para ubicar la tasa en 0.75%, el mayor incremento en 20 años de trayectoria del banco.