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¿Cómo debe ser un líder del sector empresarial en tiempos de AMLO? A esta pregunta deberá responder con sus acciones Carlos Salazar Lomelín. El regiomontano asume hoy la presidencia del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), en sustitución de Juan Pablo Castañón.

Salazar no es un dirigente empresarial típico, pero tampoco estamos viviendo tiempos normales: hay alta tensión entre el presidente y la Iniciativa Privada (IP), en un escenario económico complicado donde no existe un diálogo fluido entre el Ejecutivo y los organismos empresariales, mientras que es notable un nuevo activismo sindical. Las huelgas de Matamoros y el posible emplazamiento en Walmart encienden las alertas.

Los empresarios están preocupados y han colocado al frente del CCE a una persona que tiene la capacidad para tender un puente con el gobierno de AMLO. Salazar Lomelín tiene una excelente relación con Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la Presidencia. Se le reconoce, además, como buen negociador. Hombre de todas las confianzas de la poderosa comunidad empresarial de Nuevo León, en particular de José Antonio Fernández, presidente de FEMSA y del patronato del Tec de Monterrey.

La llegada de Carlos Salazar al CCE es, en cierto sentido, una sorpresa. En los últimos años, la presidencia del Consejo Coordinador Empresarial recaía en alguien que había ocupado cargos prominentes en otros organismos empresariales nacionales. Gerardo Gutiérrez Candiani y Juan Pablo Castañón fueron presidentes de Coparmex, antes de asumir la presidencia del CCE. Si esta “tradición” hubiera continuado, Gustavo de Hoyos sería el presidente del CCE. Esta opción no estuvo nunca en la mesa. De Hoyos no figuró en la lista de aspirantes a suceder a Castañón. A este abogado se le reconoce como el más crítico de López Obrador, entre los dirigentes empresariales. Una presidencia del CCE, de parte de Gustavo de Hoyos, hubiera significado una apuesta de choque con el gobierno, desde el sector empresarial.

Salazar llega con la intención y el mandato de construir un puente firme con el gobierno, desde los organismos empresariales, pero tiene una tarea muy complicada. El presidente López Obrador ha dejado claro que no le gusta el diálogo con los organizaciones “tradicionales” del sector privado y ha puesto en marcha un Consejo Asesor en el que convoca a algunos de los mayores empresarios de México: Olegario Vázquez, Ricardo Salinas, Miguel Alemán y Carlos Hank, entre otros. Este consejo crea un nuevo espacio de encuentro entre la Presidencia y el gran capital, pero ningunea a las cámaras que, de acuerdo con la ley, deben ser consultadas en todas las decisiones relacionadas con los hombres de empresa.

De Carlos Salazar se espera que ayude a reducir la tensión en la relación gobierno-IP. Este hombre de 67 años contará con el apoyo de Alfonso Romo para operar en un entorno muy complicado. El presidente López Obrador sabe que necesita la inversión privada para alcanzar las metas de crecimiento y generación de empleo, pero no resiste la tentación de mandar mensajes que producen nerviosismo entre los empresarios. A tres meses de arranque del sexenio, no se ha concretado el anuncio de ninguna gran inversión privada. ¿Podrá Salazar con el encargo? El CV de este alto ejecutivo registra una brillante trayectoria en FEMSA, pero en ningún lugar dice que haya hecho milagros.