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Aunque Claudia Sheinbaum asegura que la inhabilitación y destitución del cargo “por un año” de la alcaldesa en Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, no es un tema político sino de “justicia administrativa”, el nuevo embate contra la señora hiede a otro intento de venganza por la pérdida en las urnas del corazón de México (la demarcación alberga el Templo Mayor de Tenochtitlan y Tlatelolco, los monumentos a la Independencia y la Revolución, los palacios Nacional y de Bellas Artes; la Catedral Metropolitana, la Suprema Corte de Justicia, las cámaras de Diputados y Senadores y otros muchos referentes emblemáticos).

En marzo reciente la alcaldesa logró mantenerse en el cargo luego de que se le acusó de agresión física a policías, pero ahora se le endilga “abuso de funciones” (procedimiento de responsabilidad administrativa) por haber cerrado el deportivo Guelatao, basándose en dictámenes periciales que advierten de riesgos de colapso.

Lo de sacarla del puesto no procede del Poder Judicial, sino de una dependencia del gobierno central de Ciudad de México. Cuauhtémoc es una de las nueve alcaldías que la oposición al lopezobradorismo, con Sandra Cuevas derrotando a la senadora morenista Dolores Padierna Luna, ganó hace un año en la capital nacional.

La embestida de hoy es una miserable y aviesa marranada, y el sujeto que promovió la inhabilitación es hermano de Lola: Antonio Padierna Luna, encargado de la eufemística Primera Sala Ordinaria Especializada en Materia de Responsabilidades Administrativas y Buen Gobierno.

“Es el Tribunal Superior de Justicia Administrativa quien hace esta sanción, es una autoridad administrativa quien encuentra una anomalía que implica una sanción, es un organismo autónomo totalmente”, afirma Sheinbaum, cuando lo cierto es que esa instancia (nació en 1968 como Tribunal de lo Contencioso Administrativo del Distrito Federal) depende, precisamente, de la jefatura de Gobierno.

Para despojar a Cuevas de la alcaldía, el sectario tribunal pasa por encima de los dictámenes que se han acumulado desde el 27 de diciembre de 2017 sobre los muros deteriorados en el sótano del deportivo, recomendando vaciar las albercas porque “representan un peligro de pérdida de vidas humanas” y de plano, “a corto plazo”, la demolición del inmueble; del 22 de octubre de 2018 (Dictamen Técnico de Seguridad Estructural) que pide considerar las fugas de agua de las piscinas y de las instalaciones hidráulicas y sanitarias; la petición del 8 de octubre de 2021 de trabajadores de la Subdirección Territorial Centro Histórico para que se atienda otro peritaje (fechado siete días antes) que detectó que las columnas “superan significativamente los desplomes de tolerancia permisibles”.

Existe además un Dictamen Ocular de Seguridad Estructural que alerta de las columnas que se encuentran desplazadas sobre su eje longitudinal en el sótano y presentan asentamientos diferenciales.

Por eso fue cerrado el Guelatao. Es demencial que pese a eso a Sandra la quieran tumbar…