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El recién concluido primer trimestre del año ha sido el peor para los mercados accionarios desde la Gran Recesión del 2008-09 y el comienzo del segundo trimestre nos ha recibido con un nuevo retroceso.

Tanto el índice Dow Jones como el S&P 500 perdieron aproximadamente 20% de su valor durante el trimestre pasado. La caída comenzó a mediados de febrero cuando los índices se encontraban en máximos históricos.

Entre el pico del 23 de febrero y el punto más bajo del 23 de marzo, ambos índices llegaron a perder una tercera parte de su valor. Las razones detrás de la fuerte caída han sido materia de amplia discusión tanto en este espacio como en todos los medios.

Aunque los mercados tuvieron un rebote importante en la última semana de marzo, la pregunta que se hace la mayoría de los participantes y observadores es si el mínimo del 23 de marzo constituye un piso firme o si la volatilidad llevará a los mercados a niveles más bajos en las próximas semanas o meses.

La respuesta depende de muchos factores pero Jeremy Siegel, catedrático de la Escuela de Negocios de Wharton en la Universidad de Pennsylvania, destaca cuatro factores clave:

I) La implementación y efectividad de los estímulos fiscales y monetarios; II) evidencia de que el número de casos del Covid-19 a nivel global y principalmente en EU comienzan a desacelerarse; III) la evolución del desarrollo de un tratamiento antiviral eficaz y una vacuna, y IV) la duración de las medidas de distanciamiento social.

Si analizamos estos cuatro factores, queda claro que en Estados Unidos la implementación de estímulos monetarios y fiscales ha sido ágil y enérgica. Sin embargo, todavía cabe la duda sobre si dichos estímulos serán suficientes y si llegarán de manera ágil a sus destinatarios.

No obstante, si somos optimistas podríamos asumir que este primer factor va por buen camino. En contraste, el segundo factor es donde hay realmente mayor incertidumbre. El número de casos del Covid-19 en países como China, Corea del Sur y Japón —donde se propagó primero el virus— han logrado “aplanar la curva” significativamente y como consecuencia han podido comenzar a relajar las medidas de distanciamiento social y normalizando la actividad económica.

No obstante, en Estados Unidos pareciera que estamos entrando a la parte más crítica de aceleración, tanto de casos de infección como de fallecimientos. El mercado estará muy atento a la evolución de las cifras y cualquier sorpresa negativa podría llevarnos a nuevos mínimos. En cuanto al desarrollo de vacunas y antivirales, en los últimos días se han dado algunas señales alentadoras como el anuncio de Johnson & Johnson que apunta al posible desarrollo de una vacuna para principios del 2021.

Esto nos lleva al cuarto punto, las drásticas medidas de distanciamiento social que han causado un alto casi total y súbito en la actividad económica. La duración de dichas medidas dependerá en buena medida de la evolución de los factores (II) y (III), por lo que queda claro que todavía hay mucha incertidumbre sobre el rumbo de los mercados en el corto plazo.

Para los optimistas, los avances en los cuatro factores apoyan la percepción de que los mínimos de marzo constituyen un piso del cual se dará una recuperación. Para los menos optimistas hay espacio para sorpresas negativas, sobre todo en el factor (II), que podrían llevar a los mercados a buscar nuevos mínimos en el corto plazo.

En la próxima edición de “Sin fronteras” analizaremos el panorama de largo plazo.