Elecciones 2024
Elecciones 2024

Ya no es tanta la sorpresa y el pánico de vivir días de vacación dentro de una pandemia. Al menos no estamos pensando en comprar cubre bocas y antibacterial en todas sus presentaciones.

Estamos ligeramente más tranquilos que el año pasado o quizá solo mejor preparados y más conscientes que al miedo lo podemos ir controlando de acuerdo a nuestro comportamiento.

Al menos es lo que en teoría deberíamos de haber aprendido: a moderar nuestras salidas y el contacto con los desconocidos.

Pero nos llegó el año y con ello el hartazgo y claro, una ligera ventana de oportunidad de sentirnos más confiados en que si salimos protegidos, más la baja en los contagios y hospitalizados no nos pasará nada.

El clima ha hecho de las suyas, la primavera se ha instalado y el calor también, así que nuestra inercia quiere retomar su esencia y sentirnos un poquito libres.

Hoy escribía en Twitter después de ver una foto del fotoperiodista Kevin Lamarque de la agencia Reuters, donde aparecía el presidente de Estados Unidos Joe Biden subiendo al AF1 bajo su ojo y una composición atractiva, sobre el mérito de todo fotógrafo al capturar una escena ordinaria y convertirla en un acto casi digno de producción.

Los fotógrafos tenemos la tarea diaria de capturar lo ordinario de una manera atractiva, para hacerles desear estar en ese lugar y con esa gente. Sentir el sol como lo están sintiendo todas las parejas y grupos de amigos que están sentados en la orilla del puente.

La escena es en los Países Bajos, justo en el lago Hofvijver en el centro de La Haya, durante una de estas tardes de inicio de primavera y de periodo vacacional.

Desde aquí no se ven cubre bocas a la vista, ni por los que pasean caminando, ni mucho menos en los que están sentados a la orilla.

Una escena que suena común y corriente, sobre todo en la vida que teníamos antes, vaya quién no aprovecharía el buen clima para salir de sus casas y apartamentos para disfrutar del paisaje y la compañía.

Pero lo peculiar es que este tipo de escenas son ya difíciles de ver, y mucho más de ser los protagonistas.

El fotoperiodista Phil Nijhuis de la agencia EPAPhotos, utilizó la línea de fuga como una invitación a la imaginación de ubicarnos allá al fondo, al final de la última mujer de jeans y tenis blancos.

Estar usted, estar yo, estar todos sintiendo esa apacibilidad que siempre nos evocan las vacaciones o al menos un par de días de descanso. Unos tan necesarios después de un año de no hacerlo.

Un descanso para la mente que ha estado de alerta ante las siempre posibilidad de contagiarnos del COVID-19 y enfrentar una enfermedad tan desconocida, que aún no hay cura.

Los fotógrafos o artistas visuales hemos aprendido a observar nuestro alrededor a través de líneas, unas imaginarias y otras propias de la arquitectura urbana que nos dan una especie de dirección visual para darles a quienes nos ven, un punto de interés.

Las piernas de quienes están sentados a la orilla del río le inyectan el ritmo necesario a la imagen para ir saltando de una en una. Los jeans negros, azules, grises, beige y el color piel de las piernas de quien porta shorts.

Nos divierte, nos hace pasear.

Insisto, lo que siempre vemos como una cotidianidad automática de la gente en las calles, hoy en día suele ser mayormente atractivo porque nos hemos vuelto una especie que ahora se desenvuelve en casa, que no sale, que no conoce a nuevas personas, que no se asoma a lo desconocido.

Estamos ante la intranquilidad de una nueva ola de contagios, de una fuerza más poderosa que nos tumbe en el hospital y nos lleve a pelear una batalla con la muerte.

Por eso esta escena es una invitación a trasladarnos a la orilla del lago, a sentarnos en esos espacios que aún quedan libres y disfrutar lo que queda de la semana y del previo a un próximo encerrón.

Que tenga buenos días de descanso, haga fotos, documente lo que viva y con quién lo viva, pero sobre todo no deje de cuidarse.

Salir como un acto extraordinario - captura-de-pantalla-2021-03-31-a-las-205250
FOTO: Phil Nijhuis/EPAPHOTOS