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Hay una película de Hollywood de esas diseñadas para divertir sin más intenciones de crear una pieza digna del cine de arte, en la que una banda de viejos héroes de la pantalla es reclutada para salvar al mundo.

The Expendables —Los indestructibles la titularon por acá— son una banda de exmilitares y exfuncionarios convertidos en mercenarios encabezados nada menos que por Sylvester Stallone, con Bruce Willis, Arnold Schwarzenegger, Mickey Rourke y otros tantos héroes del pasado, que tienen que encargarse del trabajo sucio que sus sucesores en el gobierno no pueden.

Hoy y en la vida real, con Donad Trump a punto de tomar el poder de Estados Unidos bien haría el gobierno mexicano en reclutar la versión mexicana de los Expendables.

No queremos una banda de Rambos mexicanos defendiendo a los indocumentados de los cazadores de Arizona, ni al Santo o los hermanos Almada dando patadas y balazos a los antimexicanos.

Lo que necesita frenar México, de la mejor manera, es la más grande amenaza inmediata que enfrentamos que es en materia comercial.

De acuerdo con lo trascendido, será a partir del 20 de enero que desde la Casa Blanca convocarán a los dos socios comerciales de Estados Unidos en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) para renegociarlo.

La advertencia es que si para los primeros días de agosto el gobierno de Donald Trump no obtiene lo que busca, simplemente hará valer la cláusula que le permite a su país abandonar el acuerdo comercial, dejando sus alcances sólo para los otros dos socios.

Ahí es donde necesitamos a los Expendables del libre comercio. Es un hecho que las actuales autoridades comerciales están en sus puestos porque han mostrado capacidad para atender los asuntos que competen a esas materias.

Pero ignorar que México tiene a una generación de grandes negociadores que dieron forma al TLCAN y que al final son los autores de un acuerdo que resultó tan positivo y ventajoso para los mexicanos sería cometer un error.

Hoy ya no son funcionarios públicos, son exitosos profesionistas y asesores en la Iniciativa Privada; pero es indispensable hablarle al Stallone y al Schwarzenegger de las negociaciones comerciales de la antigua Secretaría de Comercio y Fomento Industrial (Secofi).

Jaime Serra Puche, como titular de la Secofi en aquellos años de la negociación del TLCAN, se llevó el reconocimiento por alcanzar un acuerdo que parecía imposible con dos de las economías más desarrolladas del mundo.

Pero en su equipo estaban también Herminio Blanco, Luis de la Calle, Jaime Zabludovsky, Guillermo Aguilar y otros tantos retirados del servicio público que hoy son veteranos indispensables para rescatar una negociación que evidentemente el gobierno de Trump quiere ver fracasar para tener pretextos de terminar el acuerdo.

Ojalá fuera una película de acción y no la terrible realidad, pero sería un enorme respaldo para el gobierno mexicano crear un “cuarto de junto” con los viejos lobos de mar de la negociación comercial, que asesore a las actuales autoridades que tendrán que enfrentarse a la amenaza de perder el acceso al mercado más importante del mundo para las mercancías mexicanas.