En protesta por la pérdida del control del Ieepo, la dirigencia de la CNTE apostó a impedir el inicio de clases en Oaxaca. El paro tendría que haber empezado ayer lunes. Pero no fue así. Ese era el momento idóneo para demostrar su fuerza y llevar al gobierno a negociar. No lo pudieron aprovechar. Perdieron … Continued
En protesta por la pérdida del control del Ieepo, la dirigencia de la CNTE apostó a impedir el inicio de clases en Oaxaca. El paro tendría que haber empezado ayer lunes. Pero no fue así. Ese era el momento idóneo para demostrar su fuerza y llevar al gobierno a negociar. No lo pudieron aprovechar. Perdieron la apuesta.
La semana pasada, el llamado a un paro de labores empezó a desdibujarse. Inesperadamente, la cúpula de la CNTE anunció que en Oaxaca las clases iniciarían el jueves pasado. Las autoridades reiteraron que el inicio de clases en Oaxaca sería como en todo el país. Paralelamente, dejaron saber que había 15 órdenes de aprehensión contra dirigentes de la sección 22.
Según el director del nuevo Ieepo, solo se abrieron anticipadamente 250 escuelas de un total de 12 mil 700. Tal vez por ello el fin de semana la dirigencia de la CNTE canceló el paro y anunció que en su lugar realizarían movilizaciones de protesta. Habrá que ver si todavía tiene el músculo para mover a miles de maestros y mantenerlos en pie de lucha. Hasta el momento no lo ha mostrado.
Todas las acciones de protesta anunciadas hasta hoy dejan ver que la capacidad de movilización de los dirigentes de la CNTE estaba basada en buena medida en una estructura de premios y castigos que la acción gubernamental desarticuló. Sin dinero ni control de las posiciones y carreras magisteriales, los dirigentes de la CNTE no han podido reaccionar con fuerza.
Por otra parte, a nivel de dirigentes la existencia de órdenes de aprehensión en su contra seguramente gravita en sus cálculos, como a nivel de las bases pesa el miedo a despidos en caso de faltas. Para todos, los incentivos han cambiado.
Pero el conflicto no ha terminado. La CNTE todavía podría apostar a acciones de protesta puntuales, no masivas pero de alto impacto, que llevaran al gobierno a negociar la liberación de cuentas e incluso posiciones dentro del nuevo Ieepo. La lógica de confrontación-negociación es parte del ADN de la CNTE.
La diferencia es que ahora la posición del gobierno es mucho más sólida. Tiene a su favor el control de los recursos que apuntalaban la fuerza de la CNTE. También tiene a la opinión pública de su lado. El escenario solo puede cambiar si cede ese control o si un mal manejo de la protesta le da un vuelco al sentir de la gente.