Seguro que con la misma rudeza innecesaria con la que reaccionó la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) en contra de la prensa crítica tras ganar la Copa Oro, seguro que con esa misma brusquedad habrá de reaccionar la Secretaría de Hacienda cuando los analistas tengan que corregir al alza sus pronósticos de crecimiento económico
Seguro que con la misma rudeza innecesaria con la que reaccionó la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) en contra de la prensa crítica tras ganar la Copa Oro, seguro que con esa misma brusquedad habrá de reaccionar la Secretaría de Hacienda cuando los analistas tengan que corregir al alza sus pronósticos de crecimiento económico.
La soberbia de la FMF con los que criticaron algo que era evidente puede convertirse en un arma de doble filo si al éxito en este torneo local no le siguen otros triunfos en juegos más importantes que el 1-0 contra, con todo respeto, Panamá.
Las reflexiones económicas del Presidente en las mañaneras realmente ya no se escuchan en los mercados, pero sí hay atención a las palabras del secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, y del subsecretario, Gabriel Yorio, y ya en ocasiones anteriores han sido críticos con los pronósticos pesimistas.
Seguro que esta mañana que el Inegi de a conocer el Indicador Oportuno de la Actividad Económica se podría confirmar que, al menos hasta la primera mitad de este año, no hay señales de una desaceleración hasta niveles recesivos.
Aun con un mal dato para junio, la expectativa es que el comportamiento del consumo interno alcance para llevar al Producto Interno Bruto (PIB) hacia una expansión que pudiera superar 2% y quizá cercano a 3% estimado por Hacienda para este año.
El consumo interno, de acuerdo con el indicador oportuno del Inegi, mostró altibajos entre abril y junio, pero está en niveles máximos históricos en torno a 3.8% de crecimiento anualizado el mes pasado.
Hay que buscarle, y rápido, el efecto de las transferencias gubernamentales en los programas asistencialistas, porque eso puede ser un dolor de cabeza para las finanzas públicas en el futuro. Pero las expectativas de baja en la inflación y los incrementos salariales han mejorado ese indicador.
La inversión fija bruta todavía no se recupera del golpazo de desconfianza tras la cancelación de la construcción del Aeropuerto Internacional de Texcoco en octubre del 2018, pero los datos de crecimiento en comparación anual van a ayudar a una fotografía muy conveniente para el PIB de este 2023.
Está en marcha un proceso de relocalización de inversiones, aunque también es un hecho que hay proyectos que evalúan primero los costos en seguridad y las dificultades de gobernanza de México para decidir sus planes de nearshoring.
Mientras tanto, la economía estadounidense se inclina más hacia una desaceleración sin recesión lo que tiene un impacto positivo para la economía mexicana. Al pendiente de China y su desaceleración y de Rusia y sus efectos en el mercado de alimentos.
En fin, el panorama del comportamiento de la economía mexicana pinta para un mejor desempeño este año, apunta a una necesaria revisión de las previsiones económicas de los analistas privados, de los bancos, de los organismos internacionales y de los medios.
Y seguro que apunta a revivir el discurso con tono sobrado de la 4T y su regaño a los adversarios pesimistas.
Solo que el consejo, igual que a la selección de fútbol, es menos soberbia y más preparación para victorias más importantes.