Elecciones 2024
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Los colombianos se han levantado en contra de la Reforma Tributaria, propuesta por el gobierno, la cual incluye un impuesto sobre la renta a ciudadanos de bajos y medianos recursos, más el aumento del IVA a todos los servicios públicos.

Miles de hombres y mujeres salieron a la calle como protesta de una reforma que los obliga a dar más cuando menos tienen a causa de la situación económica que nos ha llevado el estar en encierro y a paralizar todas las actividades económicas.

Las protestas en las calles fueron tomadas como una provocación para el gobierno quien reaccionó de manera violenta, enviando a la fuerza policial para callar y reprimir a quienes estuvieran allí afuera.

Los gobiernos de estos tiempos, cuando uno creería que el respeto a los derechos y a la voz de los ciudadanos debería de ser una acción natural en pleno siglo XXI, pero no, pareciera que hemos ido hacia atrás.

Un retroceso humano y social, en donde se ha perdido la dignificación del ciudadano y por ende las protestas reúnen todos los ingredientes para incendiar los ánimos de ambos bandos.

Se han reportado más de 900 personas heridas y más de 20 muertes confirmadas, y peor aún mujeres fueron violadas en plenas marchas en las calles.

La crueldad y la brutalidad llevan ya una semana y los jóvenes continúan llenando las calles con mayor enojo y exigencia a un gobierno que los ignora, los bloquea, los reprime y los mata.

Iván Duque, el presidente más joven de la historia con 42 años, ha chocado con las generaciones más jóvenes, cuando todo podría ser lo contrario.

Los jóvenes están encendidos, aguantan la lluvia, los insultos, el fuego, gases lacrimógenos, el repudio y los golpes. Con cubre bocas o sin ellos, con el miedo del contagio o no, pero aún más con el temor de no poder vivir dignamente en su propio país.

Una generación que vive en una tensión desde que iniciaron las protestas, porque no encuentran el diálogo y nadie se los extiende. Los policías continúan siguiendo instrucciones sin reparo en donde el uso de la fuerza es el elemento principal.

La fotografía del fotoperiodista Mauricio Dueñas ilustra un momento que sucumbe a los jóvenes en todo el mundo. Hoy no hay nada ni nadie que los detenga, sus voces son escuchadas porque hacen eco por donde caminan, su energía encienden llamas de justicia y de existencia.

Las mujeres ya están en las primeras líneas, no temen y salen valientes echadas pa´lante. Aguantan, gritan, luchan y forcejean por ella y por todas las demás.

Los celulares son las herramientas indispensables para que todos seamos testigos de cada una de las violaciones a los derechos, para que nos llenemos de coraje y nos unamos a distancia con el coraje y enojo que ellos emanan en las calles.

Su exigencia es sencilla, retirar su reforma fiscal, sentirse apoyados y tomados en cuenta con acciones que en realidad les ayude a tener un mejor plan de vida.

Los colombianos se suben a la ola de las voces que braman respeto y libertad en Latinoamérica, la fuerza policial y su gobierno se unen a los líderes tiranos que sucumben ante el poder olvidándose de lo más importante: del pueblo.

La mujer de chamarra rosa con los brazos hacia arriba , los hombres a su alrededor, las manos hacia arriba, al fondo un joven grita, de frente alguien que intenta controlarlos y calmarlos y la policía que observa el momento precioso para golpear y violentar a quien se le ponga en frente.

La imagen debe de contextualizarnos que los jóvenes contagian ese ímpetu y la energía desbocada que busca respeto y oportunidades y eso nos debería de poner atentos a nuestro país.

Los jóvenes encienden Colombia - 5e042de2ea373d0d8571c2ad42b0f77cc5ddd0e1w
Foto: Mauricio Dueñas / EFE