Vale la pena recordar que un Bear Market se define como un ajuste de 20% o más en alguno de los principales índices accionarios
Al cierre de la semana pasada, el índice S&P 500 alcanzó un nuevo máximo para este 2023, acumulando un alza de 12% en lo que va del año.
Asimismo, el S&P 500 registra un incremento de 20% desde los mínimos observados en octubre del año pasado, lo cual ha sido interpretado por el mercado como el fin del Bear Markets que comenzó en junio del año pasado.
Vale la pena recordar que un Bear Market se define como un ajuste de 20% o más en alguno de los principales índices accionarios.
El más reciente Bear Market del S&P 500 comenzó después de que el índice acumuló una caída de 23% entre principios de enero y mediados de junio del 2022. Con 357 días de duración, este Bear Market es el más largo de los últimos 40 años.
En los últimos 100 años se han presentado 26 Bear Markets –en 1929, 1930, dos en 1931, 1932, dos en 1933, 1934-35, 1937-38, 1939-40, 1940-42, 1946-47, 1948-49, 1956-57, 1961-62, 1966, 1968-70, 1973-74, 1980-82, 1987, 2000-01, 2002, 2007-08, 2020, y el actual.
La duración promedio de un Bear Market es de 289 días (es decir casi 10 meses) y la pérdida de valor promedio de pico a piso es de 36 por ciento.
Sin embargo, si nos enfocamos en el periodo post-guerra que es más relevante, ha habido 14 episodios de Bear Market con una duración promedio de 344 días y una pérdida de valor promedio de 32 por ciento.
Este Bear Market duró 357 días y tuvo una pérdida máxima de valor de 24.5%, observada entre el 1 de enero y el 10 de octubre de del año pasado.
Aunque el Bear Market parece haber llegado a su fin para el índice integrado por las 500 compañías más grandes del mercado, la racha alcista ha sido impulsado casi exclusivamente por el comportamiento de cinco enormes compañías.
Desde el 10 de octubre del año pasado, fecha en que comenzó el repunte del S&P500, estas cinco compañías registraron los siguientes rendimientos: Apple (32%), Google (27%), Facebook (110%), Microsoft (47%) y Nvidia (240 por ciento).
Dado que la composición del S&P 500 está ponderada por el valor de mercado de cada compañía, el sobresaliente desempeño de estas cinco enormes empresas tiene un peso muy importante en el índice.
En conjunto, estas cinco compañías representan una quinta parte del valor del S&P 500 y explican más de la mitad del alza en el índice entre el 12 de octubre del 2022 y el viernes de la semana pasada.
Al excluir a estas cinco compañías del índice, el alza en el S&P 500 desde el mínimo de octubre del año pasado sería de aproximadamente 8%, situación que ubica al resto del índice muy lejos de abandonar el territorio de Bear Market.
Buena parte del mercado alcista observado desde octubre ha sido impulsada por una apuesta a la innovación de la inteligencia artificial y la tecnología.
Otra manera de ver lo estrecho que ha sido el rally de los últimos ocho meses es comparar el desempeño del S&P 500 frente al del índice Russell 2000, compuesto por las 2,000 compañías más chicas del mercado y que en su conjunto representan 65% del mercado accionario total de Estados Unidos.
Desde su mínimo de finales de septiembre del año pasado, el Russell 2000 ha registrado un alza de casi 11%, todavía lejos de salir de territorio de Bear Market. Ante esta asimetría, algunos especialistas consideran que el comienzo de este nuevo Bull Market podría ser un espejismo, impulsado por una burbuja de expectativas en torno a la Inteligencia Artificial y reflejado en un puñado de acciones solamente.
Estos especialistas consideran que esto podría ser insostenible ya que los crecimientos de las utilidades de las empresas que componen el S&P 500 podría desilusionar en los próximos trimestres.
Asimismo, estos especialistas apuntan al riesgo de que las tasas de interés de corto plazo sigan subiendo, detonando un rebote en las de largo plazo. Sin embargo, del otro lado hay un importante número de observadores que destacan una creciente amplitud en el rally en las últimas semanas, es decir que cada vez hay más compañías que se han empezado a unir a la racha alcista.
La tesis de los que ven un Bull Market sostenible está anclada en la resistencia de la actividad económica al endurecimiento de las condiciones financieras, la fortaleza del consumo y la expectativa de que la Fed ha llegado a la conclusión de su ciclo de alzas.