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La semana pasada el presidente Joe Biden apostó por la continuidad y estabilidad de la Fed al proponer a Jerome “Jay” Powell para continuar al frente de la Reserva por un segundo periodo de cuatro años que comienza en febrero.

Aunque este era el escenario más probable, también había algunos observadores que apostaban por la nominación de alguien con un perfil alineado con una agenda un poco más progresista, particularmente en el frente regulatorio.

El nombre que más sonaba como potencial sustituto de Powell era el de Lael Brainard, quien a final de cuentas fue nominada al cargo de vice-chair, puesto que actualmente es desempeñado por Richard Clarida.

Brainard ya formaba parte de la junta de gobernadores de la Fed desde el 2014 cuando fue nominada por el entonces presidente Barak Obama y confirmada por el Senado cinco meses antes de que el Partido Demócrata perdiera su mayoría en esa cámara.

Brainard fue subsecretaria del Departamento del Tesoro del 2010 al 2013, durante la administración Obama y también fungió como representante de Estados Unidos ante el grupo de ministros de finanzas del G-20.

Entre el 2001 y el 2008, Brainard fue fundadora y vicepresidenta del programa de Economía Global y Desarrollo en el Brookings Institute. Brainard tuvo su primera gran responsabilidad en la administración Clinton como segunda de abordo en la oficina del Consejero Económico de la Presidencia.

Brainard, que cuenta con un doctorado en economía por la Universidad de Harvard, está más identificada con la agenda del Partido Demócrata que la del Partido Republicano. Para algunos observadores, su nominación hubiera implicado un enfoque más restrictivo en asuntos de regulación y requerimientos de capital para el sector financiero.

Biden pudo haber aprovechado la muy estrecha mayoría demócrata en el Senado para empujar la nominación de Brainard para encabezar la Fed, pero optó por la opción menos controvertida, mandando una señal de continuidad y estabilidad a pesar de que Powell fue nominado por Donald Trump.

La posición de gobernador de la Fed es raramente politizada. Durante siete de las últimas ocho administraciones presidenciales, los jefes del ejecutivo han ratificado para un segundo periodo al gobernador en turno (nombrado por sus antecesores) independientemente del partido en el poder.

La única excepción fue el nombramiento del mismo Powell, en sustitución de Janet Yellen, por parte de Donald Trump hace cuatro años. En aquella ocasión, la decisión de Trump fue motivada por factores totalmente políticos y su revanchismo a todo lo relacionado con la administración Obama.

A pesar de que el consenso general era que Yellen había hecho un gran trabajo al frente de la Fed, su pecado fue haber sido nombrada por Obama. A pesar de la afiliación de Powell al Partido Republicano, su nombramiento como miembro de la junta de gobierno de la Fed en el 2012 se dio durante la administración Obama y su ratificación en el Senado hace cuatro años no tuvo problemas.

Durante estos casi cuatro años que ha estado al frente de la Fed, Powell ha cumplido cabalmente con su función, refrendando su reputación como un estudioso y pragmático constructor de consensos. La primera tarea de Powell al convertirse en chairman de la Fed en el 2018 fue la continuación del retiro ordenado de los estímulos monetarios iniciado por Yellen.

Sin embargo, la llegada de la pandemia obligó a la Fed de Powell a abrir la llave de los estímulos nuevamente. Hoy, la Fed enfrenta el reto de normalizar la política monetaria en medio de un brote inflacionario no visto en los últimos 30 años.

La decisión de Biden de confirmar a Powell y nominar a Brainard como vicepresidenta de la Fed es una llena de pragmatismo y entendimiento de cómo funcionan los mercados.

Hoy, la Fed enfrenta el reto de normalizar la política monetaria en medio de un brote inflacionario no visto en los últimos 30 años.

Durante estos casi cuatro años que ha estado al frente de la Fed, Powell ha cumplido cabalmente con su función, refrendando su reputación como un estudioso y pragmático constructor de consensos.