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Exacerbado por la débil protección social, la fragmentación de los sistemas sanitarios y las profundas inequidades, el coronavirus zarandea a América Latina y el Caribe, que vivirá la peor recesión económica en un siglo.

La contracción del PIB en la región será de 9.1% para finales del 2020, cuando el número de pobres podría rebasar los 45 millones y de personas en extrema pobreza, que llegarían a 30 millones, de acuerdo a un reporte sobre el impacto de la Covid-19, elaborado por las Naciones Unidas y presentado por el secretario general, António Guterres.

Al riesgo de la pandemia deberá sumarse la desnutrición. Y las tasas extremadamente altas de homicidio y la violencia de género –incluido el feminicidio– reducirán significativamente la esperanza de vida; ensancharán las desigualdades, la exclusión y la discriminación. La falta de acceso a información y atención médica de calidad es especialmente grave en las zonas rurales y remotas, y afecta especialmente a los pueblos indígenas.

En el subtexto, la debilidad institucional y –sobre todo– el desencanto con la democracia, que recientemente han generado crisis políticas y protestas. La ONU no descarta disturbios civiles, si el malestar social no es amainado.

Brasil, Perú y México se ubican entre los países que registran los números más altos de casos, per cápita y a nivel absoluto, de todo el orbe. La transmisión urbana del coronavirus es una preocupación especial para América Latina y el Caribe: 80% de la población de la región vive en ciudades y 17% se concentra en seis megaciudades, cada una con poblaciones de más de 10 millones.

Un panorama sombrío, pues una quinta parte de los residentes urbanos en la región viven en barrios marginales, donde el hacinamiento y el acceso deficiente al agua y al saneamiento aumentan el riesgo de contagio.

“Debemos hacer todo lo posible para limitar la propagación del virus y abordar los efectos de la pandemia en la salud”, insistió el secretario general de la ONU, “pero también debemos abordar los impactos sociales y económicos”, por lo que llamó a los gobiernos de la región a hacer más para reducir la pobreza, la inseguridad alimentaria y la desnutrición. Esto podría incluir la provisión de un ingreso básico de emergencia y subvenciones contra el hambre. La CEPAL estima que, en el promedio regional, la línea de pobreza se ubica en 140 dólares mensuales y que la línea de la extrema pobreza se ubica en 67 dólares.

La oposición en México propuso garantizar un ingreso básico universal. El gobierno federal, a través del secretario de Hacienda, Arturo Herrera, no descartó esa moción… pero la descartó, al menos para este ejercicio presupuestal. El jueves, el líder de la mayoría morenista en el Senado, Ricardo Monreal Ávila, terció en ese debate.

“Me parece pertinente y prudente que discutamos fórmulas que puedan unificar o incorporar nuevos esquemas de política social frente a la pandemia… los efectos van a ser dolorosos y devastadores”, definió el legislador zacatecano, “(pero) tenemos que buscar de dónde provienen los ingresos”.

Además de atender los efectos de la contingencia sanitaria, Guterres emplazó a los gobiernos de la región a abordar los desafíos estructurales para reconstruir mejor a Latinoamérica. “Y eso requiere transformar el modelo de desarrollo. En una región donde la desigualdad se ha vuelto insostenible, reconstruir mejor significa desarrollar sistemas integrales de bienestar que sean accesibles para todos. Significa crear un sistema tributario justo, promover empleos decentes, fortalecer la sostenibilidad ambiental y reforzar los mecanismos de protección social”.

Efectos secundarios
ESCALA. Mientras esperaba el vuelo que lo traería de regreso a la CDMX, el presidente Andrés Manuel López Obrador concedió una entrevista a Javier Vega, de Noticias Telemundo. Satisfecho por su viaje a Washington DC, el mandatario recalcó que su paso por la Casa Blanca era necesario, “muy importante por la pandemia que precipitó la crisis económica mundial y nosotros necesitamos –tanto Estados Unidos como México y todos los países– reactivar pronto nuestras economías. La entrada en vigor del nuevo tratado es una gran oportunidad… Creo que el presidente Trump también lo vio de esa forma”.

POSTURA. La canciller germana, Angela Merkel, acudió a Bruselas, a la sede del Parlamento Europeo, para urgir a la acción decidida contra el Covid-19. “No es posible luchar contra la pandemia con mentiras y desinformación”, apuntó, “los límites del populismo y la negativa a la verdad básica están siendo puestos al descubierto”.

DESTAPADO. Sin evitar la promoción personalizada, el líder de la mayoría oficialista en San Lázaro, Mario Delgado Carrillo, públicamente se pronunció a favor de que el nuevo presidente nacional de Morena sea designado por encuestas, a población abierta. “No hay que tenerle miedo a las decisiones del pueblo, eso es muy de los conservadores, hay que tener confianza”, retó el legislador, al tiempo que llamó “a cerrar el paso a las trampas, a las exclusiones, a la simulación, a los arreglos en lo oscurito de grupos que se sienten indignados o con más derechos que otros”.