Una puesta en escena perfecta: todos felices mientras el telón está arriba porque cuando cae, los vagones se incendian, chocan, se detienen o se les sale un tornillo
Por Laura Garza
El domingo vimos la reapertura de la Línea 12, donde apareció Claudia Sheinbaum y su gabinete para “celebrar” su reapertura parcial, después de aquel trágico 3 de mayo del 2021 en donde murieron 26 mexicanos tras el colapso del tramo elevado.
Una noche que muchos recordamos como dolorosa, sorprendente y por supuesto, de terror por tenernos que subir de nuevo a la mañana siguiente al Metro.
Tras un año y medio, la Línea 12 fue abierta y la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum junto al secretario de Gobierno, Martí Batres, el secretario de Movilidad, Andrés Lajous y el director del Metro, Guillermo Calderón, dieron una rutinaria rueda de prensa y después dieron un recorrido por distintas estaciones.
Entonces subió el telón y comenzó una de las puestas en escena más vergonzosas de una jefa de Gobierno tiempo después de un accidente que pudo no haber sido accidente, y sobre todo, 26 muertes que pudieron haberse evitado.
La actriz principal compartió en sus redes:
“Abrimos la Línea 12 con la gente, como siempre. Nos encontramos a Israel, quien amenizó el viaje con sus canciones”.
Y la verdad es que puede ser cierto, pero en el video y las fotografías no se ve del todo tan espontáneo. Las mujeres del lado izquierdo, ignoran la “fiesta” que las autoridades capitalinas inician en medio del vagón. El joven de gorra negra debe de ser alguien del equipo porque su comodidad y confianza para abrir sus piernas para que la jefa de Gobierno se colocara cerca del pasamanos, es demasiada.
La señora de canas, atrás del grupo, tampoco los mira. Puede ser que en una parte a escena no esté del todo montada, pero los actores principales, hicieron una verbena propia y exclusiva, cuando debieron de haber “acompañado” seriamente a los pasajeros. Explicarles que pueden estar seguros, que no volverá a pasar un accidente como el colapso de hace año y medio o el de apenas hace unas semanas donde también murió una chica.
Pero no, nadie piensa en eso. Si es que Israel, el ciudadano de Iztapalapa, se acercó de manera espontánea a cantarle, pudieron explicarle que no era el mejor momento, dado que era reapertura y un homenaje a los 26 fallecidos.
Es decir, no hay quien piense más allá de sus narices. El rostro tan sonriente del director del metro, Guillermo Calderón es otro que pierde la cabeza, que cree que es importante reír cuando no ha sido capaz de supervisar el transporte público más importante de la capital.
Andrés Lajous y Martí Batres, los peores. No sabes si son fans o secretarios del gabinete de la Ciudad de México.
Martí Batres también dijo que todo lo que allí pasó, fue espontáneo. Una puesta en escena perfecta: todos felices mientras el telón está arriba porque cuando cae, los vagones se incendian, chocan, se detienen o se les sale un tornillo.
Todo eso pasa cuando la música acaba y las luces de las cámaras también se apagan.