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Mañana, miércoles, se dará a conocer el último anuncio del año de política monetaria por parte de la Reserva Federal (Fed).

El anuncio de mañana pone fin a un año muy movido para la Fed. Vale la pena recordar que apenas hace 12 meses la institución concluía el 2018 con tres incrementos en la tasa de interés de referencia y con la perspectiva de seguir subiendo la tasa en el 2019 en al menos otras tres ocasiones.

Lo sucedido en el 2019 fue exactamente lo contrario. La Fed, además de tener que detener su pretensión de seguir subiendo las tasas, se vio obligada a meter reversa y bajar las tasas en tres ocasiones, para dejarlas prácticamente en el mismo nivel que tenían al comienzo del 2018.

El mercado tiene totalmente descontado que la Fed no hará ningún movimiento a la tasa de fondeo, para dejarla en el rango entre 1.50 y 1.75%, nivel que se alcanzó después del recorte de 0.25% llevado a cabo el 30 de octubre.

Sin embargo, el mercado estará muy atento al texto del comunicado de prensa, al tono de la conferencia de prensa que sigue al anuncio y a las proyecciones de estimados económicos que se presentarán como parte de esta decisión de fin de año de política monetaria.

A diferencia del año pasado, en esta ocasión es altamente probable que la Fed confirme un escenario base en el cual no se espera ningún cambio en la tasa de fondeo para el 2020.

Aunque la probabilidad asignada por el mercado a nuevos recortes en la tasa en el 2020 ha venido bajando considerablemente, el mercado todavía ve muy lejana un alza.

No obstante, la fortaleza del mercado laboral y el sólido comportamiento de la economía, a pesar de la recesión en el sector manufacturero, han contribuido a que algunos pocos analistas comiencen a pensar en un posible incremento en las tasas para el 2020.

En la opinión de este columnista, dicho escenario sigue siendo lejano, porque a pesar de la fortaleza del mercado laboral, los indicadores de inflación todavía se mantienen por debajo del rango objetivo de la Fed.

Asimismo, la Fed está consciente de que, a pesar de la resiliencia de la actividad económica, el escenario geopolítico sigue siendo incierto.

Aunque el tono del anuncio de política monetaria podría ser un poco más restrictivo de lo que hemos visto en el resto de este año, la Fed seguramente enfatizará una posición flexible y de atención al comportamiento de la economía doméstica y las condiciones globales.

Sin duda, el tema que más le preocupa a la Fed y que seguirá teniendo un peso muy importante en las decisiones de política monetaria del 2020 es el de la guerra comercial.

Si las tensiones siguen bajando y la próxima semana se anuncia un acuerdo fase 1 entre China y Estados Unidos que evite la ampliación de aranceles a prácticamente la totalidad de las importaciones provenientes de China, es probable que la Fed tenga más espacio para pensar en un incremento en la tasa en algún momento del 2020.

Sin embargo, si las tensiones comerciales vuelven a escalar, la Fed podría verse obligada a tomar una posición más acomodaticia el próximo año.