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Distraído como soy, se me pasó la fecha límite para el pago de mi tarjeta de crédito; de esto me di cuenta dentro del cajero en el que cotejé mi saldo. Me escandalizó la cantidad de dinero que me cobraban como intereses por ocho días de retraso en el pago de un seguro que me vendió el mismo banco y del cual no he podido zafarme las dos veces que lo he intentado. Mientras la máquina imprimía el importe del saldo, que sin remedio iba yo a pagar, mentaba madres –yo, no la máquina. Absorto, como estaba, no sólo en el recordatorio familiar sino en fijarme que el aparato no fuera a agregar al total por pagar alguna cantidad de dinero correspondiente a los réditos generados durante el tiempo que duró la operación de cotejar y maldecir; no me percaté del tipo que se metió a la cabina y me entregó un sobre: Esto puede interesarle –me dijo- y salió sin que yo pudiera identificarlo.

Guardé el sobre, pagué en el banco y, al llegar a la casa, sólo por no dejar, abrí lo que supuse contenía publicidad de alguna inmobiliaria o algo por el estilo. El sobre guardaba dos cuartillas escritas en máquina o computadora. En la primera de ellas se leía la siguiente introducción: A través de mis habilidades como hacker he podido introducirme a la computadora de la comediante conocida como La Chupitos. Así fue como descubrí una reciente conversación, a través del chat, entre la mencionada y el exgobernador de Coahuila y expresidente del PRI, Humberto Moreira, preso en España.

Con el fin de que el probable lector reconozca quién de los dos personajes es el que escribe se han utilizado la letra P, de profesor, para reconocer a Moreira y la letra T, de teporocha, para referirse a La Chupitos. (Nota del transcriptor: Con el fin de hacer más fluida la lectura, salvo un nombre escrito por La Chupitos, he modificado la ortografía de ambos interlocutores).

I/16/2016 8:14:32 pm:

T.- Yo soy La Chupitos, yo soy el debraye… ¿Qué onda, profe? No puedo creer que te hayan dado pa’ dentro, si eres un chingón. Nada más hay que ver los documentos que falsificaste. A mí se me hace que cuando dabas clases les cobrabas una lana a tus alumnos para falsificarles la firma de sus jefes en las calificaciones… ¿Qué horas son allá?

P.- Aquí son las 3 de la madrugada. Hay siete horas de diferencia.

T.- Manito, una disculpa por tenerte despierto a estas horas. Sé que para no desvelarte tendríamos que chatear más tarde, pero ahí sí me vas a perdonar porque ya para las 12 de la noche ando como cuando Calderón corrió a Medina Mora y al otro día ni se acordaba…

P.- Me va bien que chateemos a estas horas porque los guardias están dormidos y puedo usar el ordenador.

T.- ¿El ordenador? ¿Quién es ese güey? Ah ya sé, el ordenador es el que ordena, el que manda. Pues aquí el ordenador se fue de viaje a Oriente Medio, para ver si medio se orienta… Tan buen cuate tuyo que parecía… ¿Y cómo fue que te agarraron los españoles?

P.- Creo que los gringos les dieron el pitazo…

T.- Pues cuídate, manito, porque ahora que estés adentro los pitazos te los van a dar a ti.

P.- Cuéntame, ¿qué haces?

T.- Pos ahorita le ando haciendo los honores a un pomo de tequila Honor del Castillo que me mandó mi amigui Kate… Salud… Y a propósito de Kate, quiero proponerte un bisne: ¿Qué te parece si aprovechando que andas por allá en la madre patria filmas una película? Conocí a un bato que vive allá y que hace pelis, se llama Pedro Almorrana, no, no… Se llama Pedo Almodó… Almodó…BAR ¿Quihubo? ¿Sí te avientas? Salucita… Tienes todo el tipo para ser un chico Almorrana, digo Almodóbar…

P.- Me parece que ya estás demasiado borracha…

T.- Borracha pero honrada, pinche profe mamón. Una que quiere ayudarte y me dices borracha, ¿acaso yo te estoy diciendo estafador?

Hasta aquí llega la primera conversación, por medio del chat, de ambos personajes. Se volvieron a poner en contacto.

I/20/2016 10:14:32 pm:

T.- Hola, te hace la cola, pinche profe.

P.- Estoy enojado contigo.

T.- Pues acá 115 millones de mexicanos estamos encabronados contigo y ya ves. Reconozco que el otro día me puse hasta el keké. Es que el tequila de la Kate salió más pegador que un granadero.

P.- Oye, ¿lo de filmar la película es en serio?

T.- A guau, dijo el perro. Haríamos una película contando cómo te chingaste a los coahuilenses.

P.- ¿Has pensado en algún título?

T.- ¿Qué te parece que se llame: “El gran asalto a Saltillo”… suena bien por el juego de palabras. También puede llamarse: “La deuda eterna”…

P.- Como que no me gustan esos títulos.

T.- ¡Ya sé! Que se llame: “Lo que Beto se llevó”.

P.- ¿Y quién haría mi papel?

T.- Uno de los Bichir.

P.- No, ésos están en todo; Diego y Gael están muy chavos.

T.- Fernando Colunga.

P.- Es muy tieso. ¿Y qué tal si yo mismo me interpreto?

T.- No. Después de seis años de cárcel, cuando salgas, ya no vas a dar el tipo.