Elecciones 2024
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Pensé que podría ser tema de esta columna la declaración pronunciada por el actual Primer Mandatario sobre la controversia constitucional, que hiciera quien gobernaba el país en el año 2004 para quitar el artículo transitorio del Presupuesto de Egresos que permitía adquirir una sustancia para marcar la gasolina, método que evitaría el robo de combustible, con la que el tabasqueño involucró al guanajuatense, de manera contextual, en el robo de hidrocarburos. Ni tardo, ni perezoso, el ex presidente de la República (2000-2006); porrista de Peña Nieto; próspero empresario del Hotel Boutique Hacienda San Cristóbal; presidente de la Fundación Centro Fox; cabildero de empresas petroleras; así como futuro vendedor de marihuana, Vicente Fox Quesada, calificó como “pinches cuentos chinos” lo expresado por Andrés Manuel López Obrador. Y comenzó a tuitear con la sintaxis que lo caracteriza: “Repetir la mentira y la calumnia por mil veces NO la convierte (a cuál de las dos) en verdad”. “La palabra huachicol ni siquiera existía en mi tiempo y el honor de servir a México y a los Mexicanos” (sic). Es cierto, en el año 2004 no existía la palabra huachicol pero sí existían los sustantivos corrupción e impunidad.

Le di seguimiento a la noticia porque pensé que se iba a poner sabrosa la cosa. Pero esta mañana (escribo el lunes) López Obrador dijo que no pensaba engancharse en una discusión con Fox y éste en el noticiero radiofónico de Ciro Gómez Leyva, declaró: “López Obrador mal explica. Lo que veté fue el presupuesto en su totalidad. Precisamente fue la Suprema Corte de Justicia, en el diferendo con la Cámara de Diputados, le dio la razón al Ejecutivo”. Con este razonamiento el señor Fox pone en entre dicho las, aparentemente malas, intenciones de AMLO y, de momento, al parecer, salva su prestigio.

A los lectores que quieran saber sobre las hazañas económicas de un hombre que cuando llegó a presidir la república prácticamente estaba en banca rota y que ahora nada en abundancia –a ver si no se ahoga como se ahogó en su rancho el cantinero y agiotista leonés Rábago Arroyo- les recomiendo el libro “Fox, negocios a la sombra del poder” del periodista Raúl Olmos, quien con documentos oficiales muestra algunas transacciones ilegales de la familia Fox sin que, hasta el momento, nadie lo haya demandado. La portada del libro: una fotografía en close up de don Vicente con una mosca viva parada en su frente, es, por sí misma, todo un editorial.

Hola de petatiux

Señoras y señores, en este momento esta columna se aparta del pestilente ambiente de la política para adentrarse al mundo color de rosa de la fantasía. Deja de ser columna periodística para convertirse en revista del corazón. La llamaré Cola. En ella trataré de hacer la reseña de una boda celebrada el sábado 19 de enero del presente año, en París, ante la presencia de un ser humano sorprendente, el alcalde de Gobelins, décimo tercer distrito de París, monsieur Jerôme Coumet, quien para oficiar la ceremonia lució la banda tricolor correspondiente a su investidura.

En cuanto fueron declarados marido y mujer, la feliz pareja formada por Ursus des Gobelins y Natacha Bièvre, escucharon aplausos de los invitados y el clásico grito de beso, beso. Ursus y Natacha se besaron más que con la boca con la nariz, ya que ellos son dos osos de peluche de un metro cuarenta centímetros de alto y 4 kilos 900 gramos de peso. De ahí el calificativo fabul-osa empleado en el título de la columna.

Debo decir que fue Vilma Fuentes, escritora mexicana residente en Francia, la que mediante un relato, publicado en La Jornada el pasado sábado, me adentró en el acontecimiento sin que yo supiera si era una crónica real o una narración ficticia. Confirmé que la historia es auténtica al leerla en el portal francés de noticias Leprogres.fr.

Bajo la mirada de sus invitados osos de peluche con sus humanos dueños, la feliz pareja, intercambió anillos de oro realizados por un orfebre y que fueron pagados, como todo lo demás, por el dueño de los recién casados, el comerciante en libros Philippe Labourel. En la ceremonia, Natacha lució un vestido blanco de seda con un retoque y Ursus un bien cortado traje negro, camisa blanca y corbata roja. Testigos de la ceremonia fueron Pimprenelle y Nicolas –osos de peluche estrellas de un programa de televisión que invita a los niños a dormir.

Sólo hubo un detalle discordante: Al decir de Monsieur Labourel, su osa y su oso tuvieron que casarse porque 24 días antes de la boda tuvieron un hijo, el encantador bebé de nombre Golosso: “Pecaron, tuvieron un bebé fuera del matrimonio” –dijo el librero y, al parecer, los castigó sin que disfrutaran de una romántica Luna de Miel.

Dentro de este mundo tan loco que vivimos, yo pregunto: ¿Qué denota una mejor salud  mental. Cazar osos (con z y escopeta) o casarlos (con s y por el civil)?

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-La violencia es innecesaria, yo derroto a mis enemigos con la elocuencia y el poder de mis palabras.

– ¿Y el putazo que me diste?

– Es que no me dejabas hablar.