Elecciones 2024
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Hace poco más de un año cuando a los analistas privados que consulta el Banco de México les preguntaban qué tanto pesaban los factores externos y cuánto los factores internos para obstaculizar el crecimiento de la actividad económica en México, respondían que más o menos era mitad y mitad.

Se empezaban a notar en el mundo los efectos económicos y financieros de la pandemia, iniciaban los confinamientos masivos, se paralizaban las actividades económicas y entonces eso desataba una preocupación por ese entorno global.

En la encuesta de marzo del año pasado, de esa serie que mensualmente publica Banxico, 46% de las preocupaciones de los expertos correspondían a los factores externos.

Pero, conforme avanzaron los meses y muchos países de desarrollo similar, superior, o incluso más pobres que México, empezaban a aliviar la situación de sus ciudadanos con programas de respaldo gubernamental, esa preocupación por lo externo fue disminuyendo.

Ese 46% de angustia por lo externo bajó a 22% en agosto pasado y a 15% en diciembre. Entre otras cosas, porque no se dejó morir a las empresas y porque los desempleados tuvieron un subsidio para seguir con sus vidas económicas.

Y, claro, como la principal atención de “lo externo” lo tenemos en Estados Unidos, contaba el hecho de que para finales del año pasado iniciaba la campaña de vacunación contra el SARS-CoV-2 y, de paso, había perdido las elecciones Donald Trump.

Y así llegamos a la encuesta de marzo de este 2021, cuando el nivel de preocupación sobre esos factores externos que pueden obstaculizar el crecimiento de la actividad económica de México fue sólo de 5 por ciento.

¿Dónde está entonces el otro 95% de sus preocupaciones? Pues sí, en los factores internos.

Es así como en la percepción de estos 37 expertos si algo nos frenará en adelante tiene que ver con lo que se hace y lo que no se hace dentro de nuestro entorno nacional.

Tan solo entre los problemas de gobernanza, como esa incertidumbre política interna que se alimenta cada mañana, y las condiciones económicas internas, por haber dejado a su suerte a los agentes económicos en plena crisis, se concentran más de 85% de las preocupaciones de los expertos.

Cuando a estos expertos les preguntan cuáles son los principales obstáculos para hacer negocios en México en plena 4T, hay cuatro respuestas que acumulan 80% del total: falta de Estado de derecho, crimen, corrupción y falta de cumplimiento de los contratos.

Y en este contexto de lastres internos, aumentan las expectativas de crecimiento económico en México, lo que claramente deja ver que nuestro rebote viene del exterior.

Pero también queda claro que a diferencia de la recuperación vigorosa que tendrán muchas economías, en la que incluso muchos países recuperarán lo perdido el año pasado, la suerte de la economía mexicana será otra.

Tenemos tantos frenos internos que ese impulso, que llegará básicamente de Estados Unidos, no será suficiente para paliar todos esos problemas que se han generado en México, derivados de las malas, muy malas decisiones en materia de sanidad y economía que se asumieron durante la peor parte de la pandemia.