Elecciones 2024
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Tener un dron se ha vuelto cada vez más común entre los fotógrafos profesionales, los amantes de la fotografía y de los fanáticos del aeromodelismo.

Los primeros para ofrecer nuevas opciones visuales a sus clientes y experimentar el ojo ya educado en vistas únicas desde el cielo, los seguntos porque suena bien tener uno y también podrían aprovechar sus estudios en la materia para hacer algunos encuadres lindos e imprimirlos para tenerlos en casa y los terceros, podría ser una mezcla de todos, porque al facilitar el manejo a control remoto más adecuado, pueden perfeccionar el vuelo.

Los drones vinieron a revolucionar la mirada de los fotógrafos, y a dar una visión tan distinta a la gente de a pie, a las que ni la foto, ni el aire es lo suyo; y claro también a los que nunca nos imaginamos que un arquitecto pensó en todo a la hora de construir ciertos edificios o desarrollo deportivos o de vivienda.

Con todo y que creo que se ha medio popularizado la compra de un dron, sea cual sea, desde el más sencillo hasta el más elaborado y carísimo, también ha habido hombres y mujeres que se han especializado en esta nueva manera de ver.

El arte de fotografiar desde el aire, no es solo que debes contar con una habilidad para manejar los controles de un aparato, que en realidad, invertiste una gran cantidad de dinero y que po lo tanto te dolería muchísimo perderlo, estamparlo o destrozarlo en el primer vuelo.

Por eso es importante practicar con uno sencillo y básico, y cuando sientas la seguridad de volar uno de más de 1,000 dólares, entonces tener mayor confianza, aunque claro ya muchos drones tienen el sensor para evitar chocar con obstáculos que su conductor no ve porque está en el piso o un GPS para no desaparecer así porque sí y nunca volver a saber de él.

En México conocemos el trabajo de dronerobert y de Santiago Arau, pero el trabajo que hoy les presento es del fotógrafo norteamericano Calebb Kenna que a diferencia de nuestros representantes mexicanos, que buscan más la composición estética urbana, Calebb se va hacia el paisaje, los espacios abiertos y coloridos.

Aunque claro, puedo afirmar que los fotógrafos que mejor trabajan con sus propios espacios, son los que logran un mayor desarrollo visual, a diferencia de los que tienen que tomar un avión, volar miles de kilómetros, buscar un tema, lograr lo imposible y sacar la cámara al fin.

A veces hay que ser creativos y aprender a contar las historias de una manera visual de lo más cercano y de lo que ya tenemos a la mano, y después saltar a lo más complejo.

El NYTimes abrió una sección interesante para ver le trabajo de distintos fotoperiodistas en el mundo para conocer su trabajo, búsquenla como The World Through a Lens y conozcan el talento de muchos profesionales con la mirada.

En la participación de Calebb considera que usar un dron es la evoulción natural para un fotógrafo, sobre todo para los inquietos, para los que están buscando nuevos encuadres, otro tipo de composición que los haga explorar.

La luz, el color, el tiempo, la perspectiva y la técnica fotográfica es lo que hacen que estos fotógrafos capturen líneas que creímos que eran imaginarias, diseños de construcciones que van acorde con su alrededor, de sombras que parecieran ser las fieles acompañantes de árboles solitarios, de carreteras tan curvilíneas que también simulan detalles tan estéticos que solo viendo desde el aire se puede observar.

Vale la pena observar el trabajo de Calebb y seguirlo en Instagram @Calebkenna

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