La brecha que ha dejado la banca en el segmento de Mipymes ha sido ocupada por algunos intermediarios financieros no bancarios
La semana pasada, Banxico publicó su reporte de agregados monetarios y actividad financiera que incluye las cifras de la cartera de crédito bancario al sector privado al cierre de abril.
El reporte revela datos muy interesantes ya que el otorgamiento de crédito por parte de la banca comercial al sector privado mantiene un sano ritmo de recuperación a pesar del acelerado incremento en las tasas de interés y la expectativa de una desaceleración en la actividad económica para la segunda mitad del año.
Las cifras al cierre de abril revelaron que el saldo de la cartera de crédito de la banca comercial al sector privado tuvo un crecimiento de 5.5% en términos reales y de 11.75% en términos nominales, contra el mismo mes del año pasado. Con estas cifras, el crecimiento para el periodo enero-abril de este año contra el mismo periodo del 2022 acumula 5.6 por ciento.
Los datos al cierre de abril muestran una tendencia de continua recuperación después de la contracción observada desde abril del 2020 hasta principios del 2022.
El crecimiento ha sido principalmente impulsado por un incremento en la cartera de crédito al consumo que acumula 10% en términos reales para el primer cuatrimestre del año con respecto al mismo periodo del año anterior.
El crecimiento más notable dentro de la cartera de crédito al consumo es en tarjetas de crédito (14.3% en términos reales) y en el crédito de nómina (9.3% en términos reales).
Aunque a menor ritmo, el crédito a la vivienda también mantuvo su ritmo de recuperación con un crecimiento anual en términos reales de 4.8% en abril y de 4.2% para el primer cuatrimestre del año. El rubro de menor crecimiento fue el crédito empresarial en dónde la cartera acumula un aumento anual de 3.1% en términos reales durante el primer cuatrimestre del año.
A pesar de estos fuertes incrementos en la cartera de crédito de la banca al sector privado, los índices de morosidad se mantienen en niveles históricamente bajos.
No obstante, una parte del fuerte incremento en los saldos de tarjeta de crédito y crédito de nómina, podrían ser un reflejo de un mayor nivel de endeudamiento de los hogares para hacer frente a los incrementos de precios en su canasta de consumo afectados por el brote inflacionario.
Será interesante ver el comportamiento de los índices de morosidad en un entorno en el que las tasas de interés se ubican en su nivel más alto en décadas y en dónde se anticipa que no bajarán por lo menos hasta el primer trimestre del 2024.
Estas cifras de crecimiento en la cartera de crédito bancario, aunado a la llegada de proveedores de crédito no bancarios con modelos disruptivo está dándole un mayor impulso a la bancarización –es decir la penetración del crédito como porcentaje del PIB.
Como hemos enfatizado en este espacio, con anterioridad, una de las condiciones fundamentales para lograr un mayor crecimiento y menor vulnerabilidad de la economía mexicana es un mayor dinamismo del crédito al sector privado.
Si se usa de manera prudente, el crédito es una herramienta muy poderosa de crecimiento y sobre todo de movilidad social. Sin embargo, México sigue siendo un país poco bancarizado en comparación con otras economías emergentes con características similares.
De acuerdo con datos del Banco Mundial, el crédito bancario al sector privado en México, medido como porcentaje del PIB, alcanzó 40% al cierre del 2022, cifra inferior al nivel pre-pandemia que rondaba en 50% y también al de otros mercados emergentes como Colombia, Brasil y Chile donde la proporción alcanza 51, 70 y 108%, respectivamente.
El segmento de crédito en México que sigue quedando a deber en términos de penetración y crecimiento es el de las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) donde la cartera de crédito de la banca comercial a este tipo de empresas representa apenas 15 de cada 100 pesos prestados por la banca, lo cual equivale a 6% del PIB, cifra por demás pobre.
La brecha que ha dejado la banca en el segmento de Mipymes ha sido ocupada por algunos intermediarios financieros no bancarios.
Sin embargo, este tipo de intermediarios financieros no bancarios enfrentan cada vez más dificultades y obstáculos importantes para obtener fondeo en términos comercialmente aceptables.