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Con frecuencia, altos funcionarios meten al presidente López Obrador en contradicciones que generan confusión en temas de la mayor importancia.

Este miércoles, por ejemplo, AMLO dijo una mentira provocada por la ineficiencia de dos de sus peores colaboradores: Jorge Alcocer y Hugo López-Gatell, al negar que la Organización Mundial de la Salud haya aprobado la vacunación de niñas y niños contra el coronavirus de la peste a partir de los cinco años de edad: “Yo tengo la información de los responsables del sector salud de nuestro país que sostienen incluso lo opuesto…”, dijo en su conferencia matutina.

Pues qué embarcada le dieron esos dos irresponsables.

En materia de vacunas, la OMS ha insistido en que se fijen prioridades, a fin de que los primeros atendidos sean los adultos mayores y todas las personas con comorbilidades (una o más enfermedades crónicas)… incluidas ya las de cinco y más años de vida.

Lo contrario exactamente a la “información” que ocultaron al Presidente el secretario y el subsecretario de Salud había sido sugerido cuatro días antes (viernes 21) por el Grupo Asesor Estratégico de Expertos en Inmunización de la OMS, luego de evaluar la Pfizer-BioNTech, que se aplica a personas de 12 años o más en varios países, con la recomendación de que la dosis para los de cinco a diez años sea de 10 microgramos en lugar de 30. Alejandro Cravioto, presidente del grupo, resaltó que ese sector poblacional es “menos prioritario”, pero conviene vacunar a quienes, de cinco años en adelante, acusan otros padecimientos que los exponen más al embate de covid-19.

El mismo viernes, la directora de Vacunas de la OMS, Kate O’Brien, recomendó que los refuerzos en mayores de 12 años se administren entre cuatro y seis meses después de las dos primeras dosis, y llamó a darles preferencia a los grupos de mayor riesgo, incluido el de los trabajadores de la salud.

“Nuestras principales recomendaciones son que los países con bajos índices de cobertura primaria (no es el caso de México) deberían alcanzar primero altos índices entre los grupos de mayor riesgo antes de ofrecer dosis de vacunas a grupos de menor riesgo”, declaró.

¿Por qué yo sé esto y López Obrador no…? Le preguntaron si México “va a aceptar esta recomendación” y es cuando negó que tal cosa le hubieran informado “los responsables del sector salud”.

Por fortuna López Obrador tiene claro que “los de la Organización Mundial de la Salud” han fijado “las prioridades, que son exactamente las que estamos llevando a cabo en México”, pero erró al responder a la reportera: “O sea, lo que usted plantea no tiene, según mi información, sustento, o sea, no lo dijo la OMS”.

Prometió, sin embargo: “Vamos a aclararlo y vamos a hacer lo que ellos (ojalá se haya referido a los de la OMS, no sus achichincles) nos recomiendan”.

¿Qué tan difícil es tratar los temas con claridad y aceptar en su justa dimensión lo que auténticos expertos en salud pública sugieren…?