Así las cosas, su sucesor (a) podría ser más lopezobradorista que el propio Andrés Manuel López Obrador, más papista que el Papa
“Soy ´fresa´”. La ocurrencia es totalmente Palacio… Nacional. En efecto, fue dicha por el presidente López Obrador, este miércoles 12, en el contexto de recomendaciones a quien pudiera sucederlo:
“Una recomendación básica es no dejar de moralizar a México, no permitir la corrupción. Hay muchos corruptos y adversarios nuestros, opositores, que están contando los días, porque ya quieren que ahuequemos el ala y entonces están pensando: ´ya le falta poco y los que vengan van a ser distintos, nos vamos a arreglar con ellos´. Que no anden confiando tanto en eso, porque NO LES VAYA A SALIR ALGUIEN MÁS RADICAL, sí; yo estoy ´FRESA´, bastante ´FRESA´, ya me estoy ´hamburguesando´”.
Y en esto, el Presidente tiene toda la razón y no debemos soslayar sus palabras. No sería la primera vez que pensamos que lo dice de broma o que intenta engañarnos, pero lo hace con la verdad.
Quien lo suceda deberá comprometerse a continuar con la Cuarta Transformación, sin apartarse del guion original. Si no, se arriesga a recibir un soplamocos, desde “La Chingada”, la finca del presidente, en Palenque, Chiapas.
Así las cosas, su sucesor (a) podría ser más lopezobradorista que el propio Andrés Manuel López Obrador, más papista que el Papa.
Y en ese espejo solamente se puede mirar a la doctora Claudia Sheinbaum, quien lleva meses imitando y parafraseando a su jefe. A grado tal que quienes no simpatizan con ella la critican por su falta de originalidad. (Y habría que decir que el jefe siempre tiene la razón y si se equivoca vuelve a mandar, pero un poquito de mesura nunca sobra, sobre todo si no se quiere parecer un “barbero”).
En el caso de los otros dos que no serán, claramente asoma la conveniencia y el pragmatismo. No es difícil imaginar al canciller distanciándose del proyecto cuatroteísta ni al otro secretario argumentando: “el que ya bailó que se siente, primo hermano”.
De confirmarse el primer supuesto, la doctora tendría como misión de vida avanzar lo que dejó a medias su líder y garantizar que su movimiento mantuviera el poder político.
Y es aquí donde cobra sentido lo que dijo el Presidente: “no les vaya a salir alguien más radical”.
¿Se imaginan a la doctora como presidenta? No solamente seguiría el plan al pie de la letra, sino que intentaría imprimir su propio sello, como ha dicho, y estirando la liga hasta límites no imaginados.
Pasaría a la historia como la “consentida de su profesor”, la alumna más avanzada que consolidó el proyecto de Andrés Manuel y que cambió el régimen político de nuestro país de una vez y para siempre.
Hasta que llegue alguien más con una nueva iluminación, lo que ya no veremos quienes hoy somos adultos, pero si nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.
Mientras tanto, pan y circo en la capital del país. El viernes 28 cantará el pueblo bueno con Rosalía, en el Zócalo.
¿Qué cuánto costará? Aún están haciendo cuentas, dice la hoy jefa de Gobierno. Lo que sea, lo pagaremos usted y yo con nuestros impuestos y contribuciones, que cada vez son más caras en la Ciudad de México. Claro, a menos que uno o varios millonarios “queda bien” le colaboren a la doctora.
Como sea, para doña Claudia, si uno cuestiona los motivos y el costo del concierto de la Motomami, es clasista: “Hay quienes quisieran que no hubiera conciertos gratuitos en el Zócalo, porque piensan que el acceso a la cultura y el esparcimiento es un privilegio, no un derecho. Una de tantas diferencias: los privilegios frente a los derechos”.
Si así es de suspirante a la candidatura, imagínensela de presidenta.