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Ayer por la mañana Janet Yellen, presidenta de la Fed, cumplió con el primero de dos días de comparecencia ante el Congreso de Estados Unidos para presentar el reporte semestral de la Fed sobre política monetaria. A partir de la crisis financiera del 2008 y las grandes medidas de estímulo implementadas por la Fed, el testimonio ha adquirido una especial relevancia para los mercados dada la determinante influencia que dichas medidas han tenido en el comportamiento de éstos.

En concreto, el mercado esperaba mayor claridad sobre cuándo iniciará y cómo se llevará a cabo el programa para reducir el tamaño del balance de la Fed y pistas adicionales sobre la trayectoria de normalización de la tasa de interés de referencia. Para entender mejor el contexto de la discusión sobre el proceso de normalización del tamaño del balance de la Fed.

Vale la pena recordar que a partir del primer programa de estímulos cuantitativos anunciado en el 2008, el balance de la Fed se cuadruplicó, pasando de 900,000 millones de dólares a 3.6 billones de dólares. Durante este periodo, la Fed participó con casi una tercera parte de las compras en el mercado de bonos del tesoro de Estados Unidos.

En el 2013, la Fed inició un proceso gradual de normalización al reducir el ritmo de crecimiento del balance, destinando menos recursos mensuales a la compra de bonos, pero manteniendo el programa de estímulos cuantitativos. El inicio de este proceso provocó un ajuste importante en los mercados conocido como el taper tantrum. Ante esta situación, diferentes miembros de la Fed procuraron un mensaje de tranquilidad a los mercados, argumentando que si bien el balance de la Fed no estaría creciendo al mismo ritmo, la política monetaria seguiría siendo sumamente acomodaticia y que las tasas de interés se mantendrían en un nivel cercano a 0 por un tiempo adicional. A casi cuatro años del taper tantrum, algunos observadores temen una reedición de este fenómeno ante el inminente comienzo de la reducción del balance de la Fed.

La comparecencia de Yellen es clave para que el mercado pueda entender mejor la velocidad con la que la Fed planea reducir su balance y subir las tasas. Hasta ayer la comparecencia de Yellen fue interpretada por los mercados como una señal dovish en ambos temas.

Por un lado, Yellen confirmó que la Fed comenzará a reducir el tamaño de su balance muy pronto, pero que lo hará de manera sumamente gradual y que en el escenario base, el balance de la Fed seguirá siendo más grande que antes de la crisis. Adicionalmente, Yellen destacó que, en caso de percibir un deterioro importante en el escenario económico, la Fed podría reanudar la reinversión de recursos.

En cuanto a la trayectoria de las tasas de interés, Yellen también mandó un mensaje acomodaticio al anticipar que el nivel actual de tasas no está muy lejos de la tasa neutral y que cuando concluya el actual ciclo restrictivo la tasa se ubicará muy por debajo de los niveles prevalentes antes de la Gran Recesión.

Aunque los mercados reaccionaron de manera positiva, nuestra perspectiva es que, en ausencia de choques, la Fed volverá a subir la tasa de interés de referencia antes de que termine el año y que intentará hacerlo nuevamente en dos o tres ocasiones durante el 2018. El mercado tiene descontado el inicio de la reducción del balance y el aumento de la tasa de este año, pero sigue sin creer que la Fed realizará tres incrementos en el 2018. Esta discrepancia se basa en la incertidumbre prevalente en la arena política y una menor probabilidad de estímulos fiscales. Si esta situación prevalece, es posible que la Fed se vea obligada a tomar una trayectoria más similar a lo que está descontando el mercado.

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