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La historia del balón de futbol que viajó al espacio
Foto de @astro_kimbrough

En 2016, el único sobreviviente de la desastrosa explosión del transbordador espacial Challenger cumplió su objetivo de llegar al espacio. Se trata nada menos que un balón de futbol, que Janelle Onizuka le regaló en su momento a su padre, el astronauta Ellison Onizuka.

Fue el 28 de enero de 1986 cuando, a solo 73 minutos de despegar, el transbordador explotó ante la mirada atónita de millones de estadounidenses que veían el despegue en vivo. Toda la tripulación murió instantáneamente, mientras que los restos de la nave espacial tuvieron que ser recuperados del Océano Atlántico.

De entre todos los escombros, la Guardia Costera logró recuperar en buenas condiciones el balón, que se encontraba autografiado por todo el equipo de Onizuka y que incluía la frase “buena suerte, tripulación del transbordador”.

La pelota regresó a la escuela donde estudió Janelle, donde permaneció exhibida desde entonces mientras su historia poco a poco se desvanecía de las mentes del personal del plantel y los estudiantes.

Fue en ese momento cuando el comandante de la expedición 50, Shane Kimbrough, habló con el director de la escuela y decidió volver a enviar al balón al espacio como recuerdo.

Kimbrough compartió una foto del balón con una ventana de la Estación Espacial Internacional de fondo. En la publicación en redes sociales se dijo honrado de “traer esta pequeña pieza del legado del Challenger a la EEI”.

La historia del balón de futbol que viajó al espacio - balon-challenger
Foto de Internet

“Recordar a la tripulación del Challenger es importante para todos nosotros en el cuerpo de astronautas, y de todos en la Nasa, y espero que el balón regrese a Clear Lake High School, será un recordatorio para las generaciones venideras”, añadió.