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Frutas y verduras estimulan antojo de comida chatarra
Foto de archivo

Empezar una dieta, en ocasiones, resulta muy difícil sobre todo cuando al poco tiempo de comenzarla se antojan con más intensidad alimentos considerados como grasos o los considerados como “chatarra”, sin embargo un estudio reciente demostró que esta no solo es una sensación, sino que el cuerpo en verdad pide estos alimentos.

De acuerdo a un estudio publicado los primeros días de mayo en la revista “Proceedings of the National Academy of Sciences”, el comer frutas y verduras, alimentos de alto contenido de fructosa, estimulan el deseo de consumir alimentos con grandes sumas calóricas.

Para obtener este resultado los investigadores realizaron pruebas en 24 voluntarios, de quienes un grupo bebió 75 gramos de fructosa mientras que a otros más les administraron la misma cantidad, pero de glucosa.

Después de consumir estos azúcares, los investigadores mostraron una serie de imágenes de comida que incluían pizza, dulces y hamburguesas, pidiendo a los voluntarios que señalaran cuáles alimentos se les antojaban más.

Aquellos que bebieron fructosa se mostraron más atraídos por consumir comida chatarra, por lo que los expertos concluyeron que este tipo de azúcar influye en el hambre y deseo de las personas para consumir alimentos sustancialmente calóricos, debido a que las hormonas reaccionan de distinta forma dependiendo cada tipo de azúcar, detalla el estudio.

Frutas y verduras estimulan antojo de comida chatarra - comida_chatarra_tv
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Además de que determinaron que la fructosa no brinda al cuerpo la sensación de saciedad considerable, ya que no estimula las hormonas como la insulina, contrario a la glusoca que sí lo hace, indicó la doctora Kathleen A. Page, profesora de la Universidad del Sur de Carolina.

Parte de la investigación de la doctora Page se basa en una serie de análisis de sangre que demostraron que aquellos que consumen azúcares naturales de frutas y verduras, registraron niveles menores de insulina.

Así como a los que ingirieron las bebidas con fructosa, se les activaron regiones cerebrales asociadas con la necesidad de consumir más calorías, indicaron los investigadores, quienes afirmaron que esto no sucedió con los que bebieron glucosa.

Por lo que se concluyó que a pesar de haberse consumido la misma cantidad de calorías, al ser dos tipos distintos de azúcar se asimilan de forma diferente en el cuerpo, produciendo sensaciones particulares en el organismo.

Además que mientras la glucosa genera energía para el todo el cuerpo, la fructosa se procesa en el hígado y casi no se encuentra presente en el torrente sanguíneo.

La doctora Page también detalló que el grado de deseo de consumir comida por el grupo de bebedores de fructosa fue tal que le se dio la opción entre recibir dinero o recibir un plato de alimentos altamente calóricos, sorprendentemente la mayoría del grupo de inclinó por la comida antes de la recompensa monetaria.

Con información de ABC