Elecciones 2024
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Otro escándalo más para el PAN Sonora. El partido que a nivel nacional pretende posicionarse como el paladín de la honestidad tiene serios problemas en nuestro estado. Los sonorenses poco entendemos lo que se dice en el país contra lo que viene sucediendo localmente.

Del año 2009 al 2015, en todo el periodo en donde Guillermo Padrés le toco gobernar, en esos seis años no se tiene registro alguno en el Partido Acción Nacional de las cuotas que aportaron empleados y funcionarios de ese organismo político dentro de la estructura estatal, mucho menos se sabe en donde quedaron y cómo se gastaron si es que eso sucedió.

Juan Valencia como presidente del PAN y Adrián Espinoza como secretario no rindieron cuentas, de una cantidad calculada en 300 millones de pesos.

Estatutariamente en el blanquiazul aportan el 2 por ciento de su salario nominal a ese partido cuando eres empleado estatal o municipal, aunque las reglas cambiaron en esos años, subiendo la cuota al 5 por ciento.

De acuerdo al número de panistas registrados solo dentro de las estructuras del gobierno estatal y municipales las cuentas daban alrededor de 50 millones de pesos anuales.

En noviembre pasado algunos panistas preocupados por la situación le pidieron a su actual dirigente estatal Leonardo Guillen, una relación de los ingresos que tuvo el partido por aportaciones de panistas empleados de gobierno durante el sexenio de Padrés. La respuesta del aún presidente fue:  “Ninguna aportación llegó durante el gobierno de Guillermo Padrés”.  Eso se encuentra registrado en actas del partido  las cuales ya circulan por algunas redacciones de medios de comunicación. Esto significa que los descuentos que mes a mes se hacía del sueldo de panistas nunca llegó a su destino. Este dinero lo tuvo que recibir la Secretaría de Hacienda y luego destinarlo a alguna cuenta, que no fue la oficial del PAN estatal.

El pasado 27 de abril se hizo la solicitud oficial pidiendo una explicación sobre el destino de esos ingresos, mes y medio más tarde, para ser más exactos el 10 de junio se da una respuesta frívola y sin mayores datos argumentando que de los meses de octubre a diciembre del 2014 se recibieron 6 millones de pesos, eso fue todo, sin más detalles que una cantidad que no coincidía con el número de empleados y funcionarios multiplicados por el 5 por ciento de su ingreso mensual. Esto dicen fue parte de una revisión hecha por un despacho externo.

El argumento que ofrecieron para esconder el paradero del dinero es que el INE no permite que se puedan financiar los partidos de esta manera. Pero el problema es que el descuento a los cientos de empleados del gobierno estatal y ayuntamientos si se hizo. Pero no se entregó. O sea que alguien dispuso de ello.

Aprovechando la coyuntura del proceso interno del PAN, hay quienes han querido desviar la atención contra el exalcalde Alejandro López Caballero, diciendo que el comité municipal del PAN no recibió aportaciones de panistas empleados municipales. Lo cierto es que tampoco se recibió en la administración de Javier Gándara, pero eso lo mantienen en silencio. Ni tampoco del resto de ayuntamientos panistas.

La cifra conservadora del dinero que anda volando es de 300 millones, pero hay quienes calculan que pudo llegar hasta 500 millones, dado que a muchos empleados que no eran panistas los obligaron a la fuerza a entregar parte del sueldo al PAN, bajo amenaza de que los iban a despedir.

Así la historia de este nuevo escándalo que comienza a detonar, Juan Valencia tendrá que dar muchas explicaciones de dónde quedó ese dinero, pues hoy día el PAN Sonora está pasando por una severa crisis económica y nadie da explicación alguna de los ingresos que durante 6 años fueron abundantes.

La comisión investigadora conformada por María Guadalupe Morales, Irasema Vázquez Ruiz y Jesús Antonio Contreras tiene en sus manos una ardua tarea para saber dónde quedaron los recursos y Juan Valencia tiene solo unas semanas para aclarar lo que puede convertirse en el mayor escándalo de ese partido a nivel nacional, un partido que busca posicionar su imagen de transparente y honesto y que ni siquiera dentro de sus mismas estructuras existen esos valores.

Por lo pronto alguien tendrá que explicar, cuando menos,  dónde están esos 300 millones de pesos. Porque de que se descontaron, se descontaron. Lo que no se sabe, es quien se quedó con ellos. ¿Alguna fundación fantasma? Lo cierto es que debe estar en los archivos, solo es cosa de buscarle.

De ida

¿Alguien tiene idea de cuantos funcionarios y diputados tienen fuero en Sonora? pues déjeme decirles que son 720, aunque usted no lo crea, esos son.

Y si otra cosa no sucede el fuero constitucional que tienen dichos sonorenses puede y debe desaparecer. Todo indica que todos, sí, leyó bien, todos los partidos políticos están de acuerdo para eliminar esa prerrogativa. Esa fórmula que ha servido para hacer hombres y mujeres corruptas en diputados y diputadas de “prestigio”.

Carlos León, diputado de Movimiento Ciudadano comenzó con esta propuesta y todo avanza para intentar eliminar 720 fueros constitucionales que se tienen en Sonora.

Esperemos que a la hora de la verdad nadie se eche para atrás y que intenten seguir abusando de un beneficio que los sonorenses y en general los mexicanos no están de acuerdo.

De vuelta

Si fuera una tabla del uno al diez, la posibilidad de tener una alianza con el PAN para el 2018 es entre 5 y 6. Así lo dijo Jesus Zambrano quien actualmente es el presidente de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión y uno de los perredistas más influyentes dentro de ese partido.

Su respuesta fue rápida, sin titubeos, “el PRD no puede ir solo para la elección presidencial del 2018”

Partiendo de esta respuesta podemos entender que las alianzas entre partidos de izquierda y derecha pueden ir más lejos que una gubernatura.

Zambrano aseguró que ningún partido puede ganar sin alianza y que es una nueva forma de hacer política. Así que si otra cosa no sucede, el PRD y el PAN se convertirán en la fuerza más poderosa para la elección presidencial del 2018.

Aserrín

Cuando no llueve queremos que venga la lluvia, cuando nos cae a cántaros pedimos que ya no llueva. El problema es que vivimos en una ciudad como Hermosillo que su infraestructura pluvial es poca o nula y que su pavimento a través de los años ha sido malo. Por lo mismo tenemos que prepararnos para volver a ver esa ciudad llena de baches. ¿O existirá algún remedio?

Víctor Mendoza Lambert director de Megacanal Sonora.

Correo: [email protected]

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