Hace un par de sábados, mientras reseñaba las actividades del papa en México, Joaquín López-Dóriga tuvo que cortar la transmisión para dar paso, por órdenes del INE, a publicidad de los partidos políticos. No dijo lo que tan bien se sabe: que esos spots son una virtual mentada de madre para cualquier audiencia. Pero el … Continued
Hace un par de sábados, mientras reseñaba las actividades del papa en México, Joaquín López-Dóriga tuvo que cortar la transmisión para dar paso, por órdenes del INE, a publicidad de los partidos políticos.
No dijo lo que tan bien se sabe: que esos spots son una virtual mentada de madre para cualquier audiencia.
Pero el solo hecho de haber explicado la razón del corte le significó a Joaquín un “procedimiento de queja de oficio” para sancionar lo que dijo, dizque porque había excedido “los límites de la libertad de expresión y violentaban el modelo de comunicación política…”.
La demencial fregadera no prosperó, pero le llegó a López-Dóriga un citatorio para que presente “pruebas y alegatos” en algo así como su “defensa”.
Diego Fernández de Cevallos le llamó ayer a Radio Fórmula
y le hizo una sencilla sugerencia: que, por respeto a la institución, le escriba una línea con más o menos esto: “Nada tengo que probar ni alegar, procedan ustedes como en derecho corresponda”.
Y de mi parte otra, querido Joaquín: a tus inquisidores dedícales en tu programa la de mamy blue.