Elecciones 2024
Elecciones 2024

Cinco consecuencias de las elecciones del 6 de junio:

1. Detienen el avance de la hegemonía y la concentración del poder presidencial. No haber ganado la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y no haber ganado con Morena la mayoría absoluta de la misma cámara, deja al Presidente inhabilitado para las decisiones mayores que había anunciado, como rehacer el INE y desaparecer a los órganos autónomos. Lo deja debilitado también para decisiones “menores”, como manejar el presupuesto. El Presidente no podrá dictar el presupuesto, tendrá que negociarlo.

2. Devuelven la oposición y la pluralidad a la escena política. Significan el fin de la ocupación monopólica del espacio público por el discurso y las decisiones del Presidente. En adelante, habrá otras voces y una intensa competencia rumbo a la sucesión presidencial de 2024.

3. Establecen una redefinición territorial del poder, de carácter mixto: una gran ganancia de estados nuevos al gobierno y le quita la mitad del corazón de la joya de su corona, que es Ciudad de México. A la vista de este nuevo reparto territorial, parece claro que la oposición ganó las zonas más prósperas y productivas de la República, lo cual nos conduce al cuarto punto:

4. Las clases medias, en general, votaron contra el proyecto de la llamada cuarta transformación. Zarandearon el dominio del gobierno sobre dos cuestiones clave: de un lado, la legitimidad, que le permitía al Presidente hablar en nombre de una inmensa, aunque incomprobable mayoría. De otro lado, la invencibilidad del gobierno, pues no parecía haber nada tan invencible como Morena y López Obrador. Los resultados de Ciudad de México desmintieron ambas cosas.

5. Después del 6 de junio, el horizonte político del país es el de un razonable equilibrio democrático. Al entrar en su segunda mitad, el gobierno actual se dispone a cosechar lo que sembró, a armar su sucesión, a cobrar sus logros, a pagar sus fracasos y a retirarse en 2024, luego de una elección organizada por el Instituto Nacional Electoral, impecable árbitro de la jornada, uno de sus triunfadores absolutos.

Todo esto pasó el 6 de junio. No es poco.