Elecciones 2024
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Ahí van, entre la cima y el precipicio.  Florestán

Por meses, el presidente Enrique Peña Nieto escuchó opiniones que le insistían en adelantar o, de perdis, perfilar, a su candidato presidencial, ante la ventaja que decían insuperable de Andrés Manuel López Obrador y el activismo de Margarita Zavala y Ricardo Anaya, y que los tres meses de campaña, abril, mayo y junio, eran insuficientes para posicionar a un priista competitivo.

Y él, que escuchaba pacientemente, siempre respondía que no, primero por las limitaciones de los tiempos legales y porque en su cálculo, una campaña es suficiente para construir una candidatura ganadora del PRI.

Unas voces le sugirieron que en su Asamblea Nacional de agosto, tenía una ventana de oportunidad para proyectar a un candidato vía la presidencia de su Comité Ejecutivo Nacional con acceso a cientos de miles de spots, como los de López Obrador y Anaya, y desde esa plataforma proyectarlo para la candidatura presidencial, lo que de nuevo escuchó y desechó, pero creo que no del todo.

¿Por qué digo que no del todo…?

Pues por el contenido, ánimo y lectura que el priismo dio a la eliminación del candado de 10 años de militancia como requisito esencial para aspirar a la candidatura presidencial, lo que le abrió la baraja marcadamente con la inclusión de José Antonio Meade, quien apenas hace 12 días en Radio Fórmula me decía que no militaba en ningún partido político.

Y no es que Peña Nieto haya roto ese candado para hacerlo candidato, sino lo que leyeron los priistas: que era una especie de destape que se confirma con la cargada inmediata que en esa asamblea, en ese momento, convirtió a Meade en el precandidato, aunque hasta ahora siga siendo uno de ellos.

Pero no solo en el priismo se leyó así, afuera, en los otros partidos, en los cafés y en las mesas, también.

Así que Peña Nieto, que a esto le entiende y bien, dejó correr en la asamblea del PRI la posibilidad de que Meade sea su candidato presidencial.

Pero con esa sola posibilidad y en ese escenario, le dio un impulso público no visto a ninguno de los aspirantes priistas, lo que, insisto, no garantiza que vaya a serlo.

Esa apreciación personalísima del presidente, cambia todos los días y a veces, por momentos.

Pero priistas y no priistas, vieron entrar a esa Asamblea Nacional del PRI a un Meade y vieron salir a otro, más presidenciable.

Es un asunto de percepciones, que vaya que en política pesan.

RETALES

1. ACTIVO. Todo esto ocurrió el sábado y ayer, martes, el secretario Meade se reunió con la bancada del PRI en la Cámara de Diputados. El tema fue el presupuesto 2018. Y el trato también fue otro;

2. EQUILIBRIOS. Cuando el viernes inicie la tercera ronda de negociaciones del TLC en Washington, a cargo de Ildefonso Guajardo, Luis Videgaray estará en La Habana haciendo una visita de trabajo a Cuba, lo que va más allá de una coincidencia; y

3. CITATORIO. Emilio Lozoya fue emplazado por la PGR a declarar mañana ante la Subprocuraduría Especializada en Investigaciones de Delitos Federales, a cargo de Felipe de Jesús Muñoz Vázquez, por el caso Odebrecht y las acusaciones de los sobornos.

Nos vemos mañana, pero en privado

 

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