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Las firmas calificadoras podrían no esperar a sus fechas previstas para revisar el comportamiento de la economía mexicana ante la acelerada caída del PIB; hace un año se esperaba una expansión de 2% a tasa anual

Standard & Poor’s está considerando el adelanto de su revisión de la nota soberana y también la de Pemex

Los malos resultados de la economía mexicana, esos que se empeña en ignorar el gobierno federal, podrían provocar que las firmas calificadoras adelanten sus procesos de revisión de las condiciones económicas de este país. La caída del Producto Interno Bruto (PIB) ha sido muy acelerada. Hace un año se esperaban tasas de crecimiento de 2% y ahora, las últimas previsiones para el comportamiento del 2019 ya están en el terreno negativo.

Los efectos que esto trae en la recaudación están a la vista. La caída en los ingresos tributarios durante los primeros nueve meses del año suma más de 12,000 millones de pesos.

Y lejos de cerrar la llave al regalo de dinero de los programas asistencialistas de la 4T, van a echar mano del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios y le van a dar una mordida de 150,000 millones de pesos.

Y mientras se gastan el guardadito y dejan menos de la mitad para enfrentar lo que venga, no hay una sola medida de corrección de la política económica actual. No se replantea una sola coma del gasto público asistencialista y no se ve ningún motor económico encendido que pueda adelantar que la economía puede crecer.

El presidente Andrés Manuel López Obrador podría seguir hablando de beisbol y de la mala fortuna de sus Astros de Houston, en la medida en que se viera que sus expertos en temas económicos emprenden una estrategia que no resulte fallida, como la acción militar que intentaron en Culiacán.

El problema es que todo esto ya alertó a las firmas calificadoras que podrían no esperar a sus fechas previstas para revisar el comportamiento de la economía mexicana.

Standard & Poor’s está considerando el adelanto de su revisión de la nota soberana de la deuda mexicana y también la de Petróleos Mexicanos, esto ante el mal comportamiento de la economía de nuestro país.

Esta firma tiene agendada esa revisión para marzo del próximo año, pero la primera lectura del comportamiento del Producto Interno Bruto al cierre del tercer trimestre del año, que dio a conocer el Inegi la semana pasada, y su contracción anual de 0.4% podrían provocar que tal revisión se lleve a cabo este mismo año.

Si la salida ante el estancamiento y la caída en la recaudación es usar el guardadito antes que ajustar el gasto improductivo, si se habla de beisbol y no de cómo generar confianza para revertir la caída y si hay dudas sobre la capacidad de las finanzas públicas para respaldar el saneamiento de las finanzas de Pemex, es posible que ese adelanto de la revisión conlleve una degradación crediticia.

La cascada de eventos financieros negativos que traería esta decisión serían un lastre más para la condición económica actual. Pero no es descartable que esta firma calificadora y las otras que tienen peso entre los inversionistas decidan una revisión negativa.

Si esto ocurre, entonces sí, en la mañanera dejarán de lado las preguntas de los paleros para lucirse con los conocimientos del beisbol y la Serie Mundial para entrarle a la descalificación de estos mensajeros, lo que tampoco será una solución al problema económico mexicano que se está gestando.