Elecciones 2024
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En Sonora especulan que el sonorense Manlio Fabio Beltrones será el fiscal anticorrupción. En Querétaro, anotan al queretano Ricardo Anaya para esa posición. La especulación está desatada y quizá anda descaminada: ¿Por qué pensar que será un político?

La elección de la persona que encabezará el combate a la corrupción es fundamental por una razón: el abanderado es parte clave del mensaje. Una buena elección puede servir para dar credibilidad a la estrategia. Una mala decisión podría ser una carga, casi una lápida para el esfuerzo. ¿Ustedes creen que Beltrones o Anaya serían buenos fiscales?

Parafraseando al líder chino, no importa que el gato sea tricolor o blanquiazul, sino que sirva para atrapar ratones y ratotas. Más allá, lo importante es crear un sistema anticorrupción que no requiera caudillos y que funcione al margen de los cálculos políticos. La corrupción es un mal que abre la puerta a otros males. Ella está presente en la epidemia de inseguridad que padecemos. También gravita en los altos niveles de pobreza, en la mediocridad de nuestro sistema educativo y en la falta de competitividad de nuestra economía.

Los economistas llevan años preguntándose cuánto le cuesta la corrupción a México. Dicen que es 9 por ciento del PIB y nos dejan con algunas dudas: ¿de dónde salió esa cifra y para que nos sirve saberlo? Contrario a lo que dice la teoría administrativa, no siempre la medición está relacionada con la mejora. Algunas veces sólo sirve para alimentar la neurosis. Años de esfuerzo investigativo y contable no han contribuido a resolver este problema. Sólo le han dado carta de ciudadanía estadística.

El sistema nacional anticorrupción que anunciará esta semana el presidente Peña puede ser un primer paso en la solución, no “La Solución”. Se necesitarán años de trabajo continuo para lograr avances sustanciales en esta guerra que se peleará en varios frentes: político, económico-empresarial y, por supuesto, educativo-cultural. El que sea una tarea de largo plazo no quiere decir que se pueda prescindir de resultados de corto plazo. La detención y debido proceso de personajes que son monumentos a la impunidad es imprescindible.

Por los detalles que han trascendido, la estrategia que propondrá el gobierno tiene la virtud de tomar como punto de partida las instituciones que tenemos y busca fortalecerlas. La Secretaría de la Función Pública y la Auditoría Fiscal de la Federación serán relanzadas en un contexto donde deberán trabajar de forma coordinada, entre sí y con algunas nuevas instituciones o figuras. Destaca la Fiscalía Especializada, el Tribunal de Justicia Administrativa y el Consejo Nacional, que será el espacio donde se encontrarán todos los funcionarios a cargo del combate a la corrupción.

Veo con escepticismo la propuesta de crear un comité de ciudadanos. Me parece una forma muy anticuada de involucrar a algunos notables para lograr fotos y una colección de frases memorables. ¿Por qué no usar las nuevas tecnologías para crear un sistema de denuncias, documentación de malas prácticas y recomendaciones para mejorar? Mario Monti lo hizo en Italia en el 2011 y logró algunas cosas interesantes.

La estrategia contra la corrupción es la más importante de las reformas de este sexenio. Ella es vital para que las otras reformas funcionen. Si fracasa, no será una derrota del presidente Peña, sino de todos los mexicanos.