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¿Por qué no se transparenta el contrato de Pemex con Odebrecht e Idesa en la planta de Etileno XXI? Lo que se hizo del conocimiento público es un documento que muestra mucho pero tapa lo esencial: los párrafos que dicen cuánto etano se compromete a vender Pemex y a qué precio están “tapados” por un bloque negro.

También se bloqueó la información que indica cuánto deberá pagar Pemex por daños y perjuicios, en caso de incumplimiento, y se dejó en la oscuridad lo relativo a las condiciones mediante las cuales el acuerdo se podría ampliar más allá del plazo original de 20 años.

¿Hubo corrupción en ese contrato firmado en febrero del 2010? Idesa y Braskem (filial de Odebrecht) lo niegan en un comunicado emitido el viernes 7 de abril. Su argumento de negación tiene una lógica circular: “Braskem Idesa ha aclarado que el acuerdo que firmó Braskem con el Departamento de Justicia de Estados Unidos en diciembre del 2016 no contiene ningún informe ni reconocimiento de irregularidad alguna en relación con sus actividades en México, incluyendo lo que respecta al contrato de suministro de etano celebrado con Pemex”.

Cuando digo lógica circular quiero decir que para defender su rectitud e inocencia, Braskem Idesa apela a la palabra de Braskem (plasmada en el acuerdo con el Departamento de Justicia). El problema es que la credibilidad de Braskem (Odebrecht) ahora vale muy poco. La extensión y profundidad de sus actos de corrupción en toda América Latina le ha quitado autoridad moral.

Tenemos el derecho de dudar de la palabra de Braskem-Odebrecht, pero no podemos afirmar que sea culpable en este caso. Por eso es tan importante transparentar plenamente el contrato. Ese documento está en el corazón de la operación más importante que ha hecho Odebrecht en México. El compromiso de abasto de etano por parte de Pemex fue clave para concretar una inversión de 5,200 millones de dólares, “la mayor inversión industrial privada de México en los últimos 20 años”, según el comunicado de Braskem Idesa.

Transparentar el contrato implica “violentar” lo expresado en la primera página del mismo. Para justificar la opacidad se utilizan allí los artículos 13,14 y 18 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información. Llama la atención, en particular, lo que tiene que ver con la fundamentación basada en el artículo 13 fracción III. Dice: “Esta información daña la estabilidad financiera y económica del país, al difundir información que ponga en riesgo la viabilidad del Proyecto Etileno XXI”.

Resulta extraño leer que difundir la información pone en riesgo la viabilidad del proyecto. Hay recursos públicos involucrados por un periodo que abarca mínimo 20 años. Otra cosa: ¿vale la pena mantener la opacidad en las circunstancias actuales? Cuando se firmó el contrato, Odebrecht estaba en la cima de su credibilidad y la reforma energética no existía. En la oscuridad, lo único que avanza es la desconfianza.

Posdata: este acuerdo confidencial lleva meses levantando olas en la industria petroquímica mexicana. Se dice off the record que Pemex no tiene la capacidad para cumplir el compromiso con Etileno XXI y además abastecer al resto de productores que requieren el etano. Hay escasez de esta materia prima y especulación con su precio. En la práctica, este contrato le otorga ventajas competitivas a Etileno XXI frente a otros productores de polietileno. ¿Hay una veta para la Cofece?