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El mejor negocio del mundo es una empresa petrolera; el segundo mejor negocio es una empresa petrolera mal administrada, decía John D. Rockefeller.

¿Es esto un mito o una realidad? Pronto lo averiguaremos. Las seis rondas de licitación que ha implementado la CNH han arrojado un total de 66 empresas ganadoras de las cuales 33 son mexicanas.

Empresas privadas petroleras mexicanas. Suena raro, porque las actividades principales de este sector estaban reservadas a las empresas del Gobierno mexicano. Sí había un sector privado petrolero porque las tareas de proveeduría de Pemex crearon una industria multimillonaria. Uno de los casos más emblemáticos es Grupo R, de Rogelio 
Garza Cantú, una empresa que tiene plataformas de exploración y mantenimiento y barcos. El valor de esta empresa supera fácilmente los 3,000 millones de dólares. Grupo R no cotiza en Bolsa y su dueño no aparece en las listas de Forbes.

Nuevas empresas privadas petroleras. La novedad es que se trata de compañías que asumen los riesgos, a cambio de la posibilidad de capturar enormes ganancias. La magnitud del margen de ganancia tiene mucho que ver con el tamaño del riesgo. Si vale la metáfora beisbolera, habrá pocos home runs y muchos ponches.

El primer cuadrangular lo pegó una sociedad integrada por Sierra Oil and Gas, Talos y Premium. Descubrieron un yacimiento con reservas potenciales de hasta 2,000 millones de barriles. Sierra tiene 45% del campo. Esta empresa es mexicana porque tiene sede en México. Su presidente es venezolano, Iván Sandrea, y sus principales socios son dos fondos de inversión, BlackRock y Riverstone.

Habrá que seguir con lupa a Jaguar, una empresa que ganó seis bloques en la Ronda 2.3. Jaguar pertenece a Grupo Topaz, un fondo de inversión que dirige Dionisio Garza 
Sada, hijo de Dionisio Garza, expresidente de Grupo Alfa. Está asociada con la canadiense Sun God. En uno de los bloques se dio el gusto de ganar el desempate a Carso Oil and Gas, una empresa de Carlos Slim.

Hablando de Carso Oil and Gas, esta empresa ganó dos bloques en la Ronda 2.3, para los cuales se ha comprometido a invertir 20.3 millones de dólares. Fue fundada en el 2014. Es parte de Carso Energy y opera en exploración y producción, perforación y arrendamiento de plataformas.

La apuesta de Alberto Baillères en hidrocarburos se llama Petrobal. Para ello, ha contratado a Carlos Morales Gil, uno de los hombres de referencia en Pemex durante tres décadas. En asociación con Fieldwood Energy, ganó la cuarta área en la Ronda 1.2, que comprende dos campos de aguas someras con 265 millones de barriles en reservas. Tienen proyectada una inversión de 170 millones de dólares.

Grupo Alfa es un caso. Los regiomontanos han invertido mucho en hidrocarburos fuera de México. Su incursión en Pacific Rubiales, líder en Colombia, fue un fracaso. Sus trabajos en los campos de Eagle Ford en Texas han ido mejor. En México, su filial Newpek ganó dos campos para producir gas húmedo en Tamaulipas, en asociación con la texana Verdad.

No todos son nuevos jugadores. La mayor productora de petróleo, después de Pemex, es Grupo Diavaz, fundada por los hermanos Luis y Óscar Vázquez Sentíes en 1973. Tiene presencia en 13 estados y ganó un campo en la Ronda 1.3. En Diavaz, el fondo Evercore, donde participa Pedro Aspe, es dueño de 20 por ciento.

Hay más empresas; la Asociación Mexicana de Empresas de Hidrocarburos, que preside Alberto de la Fuente, tiene 49 asociados. ¿Quiénes pegarán cuadrangular y cuántos se poncharán? Sólo el Mago Septién lo sabe.