Elecciones 2024
Elecciones 2024

Las coberturas servirán para reducir las incógnitas en un año que estará lleno de ecuaciones por resolver. Son una cobija que no alcanza para todo.

Las coberturas son una excelente noticia, con asteriscos. La noticia es excelente porque se garantiza un precio que es 30% superior al registrado por la mezcla mexicana esta semana. Tiene asteriscos porque las coberturas sólo sirven para reducir la incertidumbre en la principal fuente de los ingresos públicos. Contar con ellas no impide que la economía mexicana sufra cuando hay una fuerte baja en el precio del petróleo. Somos un país petrolero que se 
despetrolizó a medias.

El oro negro sigue pesando mucho en el PIB. Al revisar las cifras del Producto Interno Bruto, ustedes notarán que la actividad industrial no crece. Los logros en la industria automotriz y el turismo han sido contrarrestadas por el bache de la industria petrolera. La baja en los precios del oro negro se combina con la caída en la producción de Pemex. Ahora está debajo de los 2.3 millones de barriles diarios. En el 2004 producía 3.4 millones.

¿Por qué alegra a Hacienda tener las coberturas? Por la misma razón que cualquiera se alegra de tener un seguro de cobertura amplia cuando sufre un accidente automotriz. La póliza amortigua el daño financiero, pero no elimina el siniestro. Las coberturas servirán para reducir las incógnitas en un año que estará lleno de ecuaciones por resolver.

Tener 49 dólares garantizados por barril es poner un piso a los ingresos petroleros del gobierno para el 2016. Con esa incógnita despejada, se hace un poco menos difícil la elaboración del presupuesto federal. De cualquier modo, será necesario un recorte significativo del gasto, porque el gobierno mexicano tendrá menos ingresos petroleros. En el 2015 se contrataron coberturas de 228 millones de barriles a 76 dólares. Esto significa 17,328 millones de dólares. En el 2016 se cubrirán 212 millones de barriles a 49 dólares. Esto es 10,388 millones de dólares.

Las coberturas son una cobija que no alcanza para todo. Por ejemplo, no podrán impedir que los bajos precios del petróleo tengan un impacto en las subastas de campos petroleros que lanzará México. La reforma energética se empezó a negociar con precios de 100 dólares por barril. Se promulgó con precios mayores de 70 dólares. Tiene el reto de conseguir inversionistas con niveles de precios que están en la zona de los 30 dólares y podrían llegar hasta los 20 dólares. Es verdad que es un negocio de largo plazo, pero el nivel actual afecta porque está debilitando las finanzas y las expectativas de las petroleras en todo el mundo.

¿Cómo le ayudan las coberturas a Pemex? Sólo de manera indirecta, al disminuir parcialmente la presión de Hacienda por obtener recursos de la petrolera. La mayor empresa mexicana vive la mayor crisis de su historia y su situación se agrava con la baja en los precios internacionales. Su crisis se parece a la que viven otras grandes empresas petroleras, pero tiene componentes únicos: la primera obligación de Pemex es financiar al gobierno mexicano. Lo demás pasa a segundo término.

Pemex incrementará sus pérdidas y tendrá menos recursos para impulsar su transformación. En un mundo racional, las circunstancias obligarían a Pemex a ser más eficiente, pero esperar racionalidad en un teatro del absurdo es pedir un milagro. En todo el mundo las petroleras están haciendo fuertes recortes de personal. En México, Pemex negocia con su sindicato un contrato que podría ser el beso de la muerte.

[email protected]