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A diferencia del 2018, que empezó con lo que parecían ser menos interrogantes para la economía global, el 2019 comienza con un creciente nivel de incertidumbre y señales claras de agotamiento del actual ciclo de expansión mundial.

El 2018 comenzó con el mejor ritmo de expansión económica de la última década y esto se tradujo en nuevos máximos históricos para los mercados financieros durante los tres primeros trimestres del año.

Sin embargo, el 2018 será recordado como el año en el que los mercados accionarios comenzaron a resentir la creciente incertidumbre política y a descontar una inminente desaceleración en el ritmo de crecimiento de las economías más importantes a nivel global. El resultado fue un notable ajuste en los principales índices accionarios en todo el mundo.

El índice MSCI-World, que aglomera el desempeño de los principales mercados accionarios a nivel, cayó aproximadamente 15% desde su nivel máximo en septiembre y cerró el año con un desempeño negativo de 11 por ciento.

Por su parte, el Índice S&P 500 cerró el año con una minusvalía de 6.9% pero con una caída superior a 10% desde su registro máximo de septiembre.

Para el 2019, lo único certero es que habrá un creciente nivel de incertidumbre. La mayoría de los especialistas espera una desaceleración en el crecimiento económico y un año complicado y volátil para los mercados accionarios.

El crecimiento económico a nivel global podría desacelerarse de un nivel cercano de 3.7% en el 2017 y el 2018 a 3.0% en el 2019. Esta desaceleración es explicada en buena parte por la disminución en el ritmo de expansión de las dos principales economías del mundo: Estados Unidos y China.

En el caso de Estados Unidos, el crecimiento podría reducirse de casi 3.0% en el 2018 a 2.4% en el 2019; mientras que China podría desacelerar su crecimiento de un nivel ligeramente superior a 6.5% en el 2018 a una cifra más cercana a 6.0% en el 2019. La desaceleración global podría ser aún más profunda si la creciente incertidumbre política y en especial la relación entre Estados Unidos y sus socios comerciales sigue deteriorándose.

Si bien los mercados se mostraron complacientes durante el 2017 y buena parte del 2018 ante la retórica proteccionista, el irresponsable manejo de las finanzas públicas y el desacato a las instituciones por parte de la administración Trump, los últimos meses del año pasado han marcado un cambio en la percepción de riesgo, ya que el establishment estadounidense parece cada vez menos eficaz en contener los pensamientos más disruptivos de la administración actual.

Aunque el panorama económico global no es malo, el creciente nivel de incertidumbre y la longevidad del actual ciclo de expansión han llevado a los mercados a descontar una importante desaceleración en el crecimiento para el 2019 y un creciente riesgo de recesión para finales del 2019 o el 2020 en Estados Unidos.

Asimismo, el riesgo de que el shutdown gubernamental se alargue y los eventuales resultados de la investigación especial encabezada por Robert Mueller podrían traer ruido adicional.

No obstante, hay algunos factores que podrían darle un impulso a los mercados entre los cuales destacan un posible acuerdo entre China y Estados Unidos para reducir las tensiones comerciales antes de la fecha límite de principios de marzo en la que entran en vigor nuevos aranceles. Trump posiblemente esté dispuesto a hacer concesiones con tal de darle un impulso a los mercados accionarios; y una postura más acomodaticia por parte de la Fed en la cual las tasas de interés se mantienen sin cambio durante todo el 2019.