Recordó su relación con el hoy Presidente, al que conoció en su primer plantón en el Zócalo, cuando su mentor, Manuel Camacho Solís, era jefe de la Ciudad de México y él su secretario de Gobierno, desde donde estableció una relación con él
Qué grave es que un periodista tenga a un presidente de adversario y más que él lo considere su enemigo
Florestán
Marcelo Ebrard me dijo ayer que no tiene la menor duda de que va a ser el próximo presidente de México y por Morena, o sea, como candidato de Andrés Manuel López Obrador.
En una amplia entrevista en Radio Fórmula, no dejó duda: él sucederá, me aseguró, a Andrés Manuel López Obrador en la presidencia de la República a partir del 1 de octubre del año que viene.
Me dijo que es el precandidato calado por ser, como fue, el único de los aspirantes que lo ha sucedido en un cargo, el entonces Distrito Federal en diciembre de 2006, en el que guardó lealtad y respeto y que rechazó las tentaciones calderonistas de traicionarlo para llegar a la presidencia de la República en 2012.
Cuando le dije que todo indicaba que la favorita era Claudia Sheinbaum, y no él, me respondió que eso es lo que esparcen sus operadores.
Recordó su relación con el hoy Presidente, al que conoció en su primer plantón en el Zócalo, cuando su mentor, Manuel Camacho Solís, era jefe de la Ciudad de México y él su secretario de Gobierno, desde donde estableció una relación con él.
Me aseguró que, contra lo que se dice, solo será candidato por Morena, no por ninguna otra alineación.
Cuando le apunté que en su proyecto de gobierno tiene como uno de sus objetivos reforzar y ampliar la clase media, a la que López Obrador ha declarado la guerra, calificado de opositores y calculado en 25 millones de votos, me dijo que no puede haber progreso en un país que no contemple el fortalecimiento de esa clase media, a la que arriban los que salen de la pobreza.
Me dijo también que nunca ha hablado con él sobre la sucesión porque no tiene porqué deliberarla con nadie.
E insistió que los aspirantes deben renunciar antes de las encuestas de octubre para estar en condiciones de debatir.
Pero dejó claro que no tiene ninguna duda: él será el próximo presidente de México .
RETALES
1. GOLPE. Como lo organizó Alejandro Moreno, nueve de los trece senadores del PRI, destituyeron a Miguel Osorio como su coordinador de bancada. Su principal operador fue Manuel Añorve, quien será el nuevo pastor y que quiere el gobierno de Guerrero. Osorio no deja al PRI, al contrario, irá por la dirigencia;
2. TIKTOK. Silencio de Arturo Zaldívar cuando se revela que como presidente de la Corte contrató un tiktokero para que le manejara su cuenta a un costo de casi medio millón de pesos en cinco meses. Que decepción, y yo que lo admiraba. Se perdió en los pasillos del poder de Palacio Nacional; y
3. MENSAJE. El Presidente dijo ayer que mantendrá las relaciones con Estados Unidos, que no sé en qué momento hayan estado en riesgo, y se fue contra Antony Blinken, aún antes de que éste declarara que el crimen organizado tiene control de grandes zonas de México. Lleva tres semanas contra el gobierno de Biden.
Nos vemos mañana, pero en privado