Minuto a Minuto

Nacional Defensa, Marina y Comando Norte de EE.UU. evalúan actividades de cara al 2026
Representantes de las Secretarías de la Defensa Nacional, Marina y del Comando Norte de los EE.UU. realizaron una sesión técnica
Internacional Rusia acusa a Ucrania de atacar una residencia de Putin
El Kremlin detalló que drones ucranianos intentaron atacar una residencia del presidente ruso, Vladímir Putin
Economía y Finanzas DOF oficializa aranceles a productos asiáticos a partir de 2026
El decreto publicado en el DOF establece qué productos originarios de Asia tendrán que pagar aranceles a partir de 2026
Nacional Secretaria Anticorrupción sanciona a cuatro empresas por falsear información en contratos de agua y software
Secretaría Anticorrupción sancionó a cuatro empresas por proporcionar información falsa para obtener o celebrar contratos públicos
Nacional México recuperó más de 2 mil objetos culturales a lo largo de 2025
A través de la Secretaría de Relaciones Exteriores se restituyeron 2 mil 158 objetos culturales mediante su entrega voluntaria

¿Qué le preguntarían ustedes a Agustín Carstens? El exgobernador del Banco de México está en el ojo de la tormenta que viven los banqueros centrales. El ojo de la tormenta es la región de las condiciones meteorológicas más calmadas, alrededor del cual están los vientos feroces y las lluvias intensas. Agustín Carstens vive en Suiza. Es el director del Banco de Pagos Internacionales, el BIS, conocido como el banco central de los bancos centrales del mundo. Ahí se procesa de una manera singular la crisis inflacionaria global. Es un fenómeno inédito, que pega con fuerza en países ricos y pobres. Es algo que pone en tensión la relación entre los banqueros centrales, la clase política y las sociedades en todo el mundo, “son momentos difíciles, para circunstancias como ésta fue pensada la autonomía de los bancos centrales. No para los tiempos en donde todo está bien y en calma. En los momentos complicados es cuando la autonomía puede hacer la diferencia. Es importante que los bancos centrales aporten una visión que vaya más allá del corto plazo”.

Él está sentado en la cabecera de la mesa. Es un desayuno mexicano y él pide de postre un taco de barbacoa. Radica en Basilea desde fines de 2017 y se nota que extraña la comida mexicana. Estuvo en la CDMX para celebrar una reunión regional del BIS. Tiene un poco más canas. Es parco y prudente cuando habla de México, pero está frente a un grupo de periodistas que le mete presión. Elogia el papel que han desempeñado Alejandro Díaz de León y Victoria Rodríguez Ceja al frente del Banxico, “cada uno ha hecho un excelente trabajo. Cada quien tiene su estilo”.

Los temas van y vienen en una conversación que dura dos horas y se traslapa con el partido de México contra Polonia. La voz de Martinoli nos llega en oleadas y a veces nos inunda, pero no nos perdemos de nada. La radiografía del Superpeso hecha por Carstens es mucho más interesante que un partido sin goles. Agustín Carstens ha vivido la historia económica reciente de México en primera fila y tiene la capacidad de poner las cosas en perspectiva. En 1994, también había un peso muy fuerte, pero la situación era muy diferente, recuerda: “el Banco de México estaba comprometido en defender un nivel de tipo de cambio y el Gobierno estaba dispuesto a hacer casi todo para apuntalar el valor del peso, por ejemplo, emitir miles de millones de dólares en Tesobonos… ahora, la fortaleza del peso no está relacionada con intervenciones del Gobierno. El Banco de México no gasta las reservas tampoco…”

Los temas se encadenan y minutos más tarde nos encontramos hablando del diferencial de tasas entre Banxico y la Fed, ¿es necesario mantener los seis puntos? Su respuesta va mucho más allá del corto plazo, “es probable que en los próximos meses veamos primero los efectos de las alzas de tasas en la desaceleración de la economía que en la reducción de la inflación. Será muy interesante observar qué va a pasar entonces… Soy optimista respecto a que pronto veremos menor inflación, creo que podremos estar en niveles de 4 o 5%, pero será complicado pasar de ahí hasta el 2% o menos”.

Agustín Guillermo Carstens acaba de cumplir 64 años. Ha recibido muchos reconocimientos, entre ellos Mejor Gobernador de un Banco Central, por la revista The Banker, en 2012. En los próximos días recibirá el Premio de Economía Rey de España. Hace 30 años, otro mexicano tuvo esa distinción, Miguel Mancera. Él recuerda que entonces participó en la elaboración del discurso de recepción. El tema fue el papel de la apertura económica en el control de la inflación. “El Banco de México fue un promotor de esa apertura, trajo más competencia y disciplina de mercado en muchas ramas de la economía”. Adelanta que su discurso tratará de los retos de los bancos centrales. Uno de esos tiene que ver con las criptodivisas. “La gente espera que los bancos centrales jueguen un papel más importante en cuestiones relacionadas con la innovación. Lo que está pasando con Bitcoin y otras criptodivisas, con la quiebra de FTX deja claro que en muchos casos la supuesta descentralización monetaria es falsa. Empresas como FTX juegan un papel central y no se sujetan a ninguna regla… En el BIS tenemos laboratorios de innovación y estamos trabajando con los bancos centrales para responder a una realidad donde mucha gente quiere divisas digitales. El reto es tecnológico y de regulación, es muy importante resolver el balance entre la privacidad y las obligaciones que puede haber en temas fiscales o de seguridad”. Ayer por la noche voló a Suiza. Ese lugar tan tranquilo que está tan cerca, en el ojo mismo, de las tormentas.