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Reproduzco un pasaje de la crónica de Héctor de Mauleón, citada ayer en este espacio, sobre los Guerreros Unidos de Iguala y sus tratos con el basurero de Cocula:

“Elegí el trabajo de sicario”, recordó El Jona: “Así llegué a Guerreros Unidos”.

A tres días de ser enrolado, debutó como pistolero. El Cepillo recibió la orden “de ir pelear a Mezcala”. Al Jona le entregaron un cuerno de chivo: salió con un grupo formado por El Niño, El Pechugas, El Mimo, El Greñas, El Cabeza de Huevo, Banderas, El Pollo y El Chente. “Con ellos entré a Mezcala y supe que le ganamos a Los Rojos”, le dijo El Jona al ministerio público.

El Cepillo le encomendó después la seguridad de Cocula. Un día recibió el primer paquete: cuatro personas que habían levantado en Balsas. Llevaron a las cuatro personas al basurero de Cocula.

Según la relación del Jona, El Chente, El Pollo y El Primo se encargaron de matarlas. Chente decapitó los cuerpos. El Primo y El Pollo prepararon una plancha, ‘con piedras más o menos grandes’, y con ‘llantas que se colocaban entre medio de la leña. Encima de esa plancha’, sigue El Jona, ‘se colocaban los cuerpos y se incendiaban con diésel (…). El cocimiento duró como ocho horas aproximadamente. Para eso hay que estar atizando y meneando para que se calcinen bien los cuerpos. Ya que están consumidos en cenizas se apachurran con un tronco pesado y luego machacando bien los huesos, conforme se va aplastando y meneando, se van convirtiendo en cenizas tan sencillas como las de un tronco bien calcinado. En esta ocasión fueron pocos cuerpos, pues no era necesario levantar la ceniza ya que se confundía con la ceniza de la llanta de la leña, por lo que al terminar se jalaba la basura tratando de borrar cualquier rastro de incineración. (Nexos, num. 458, febrero 2016. http://www. nexos.com.mx/?p=27516)

Esto es lo que dicen los peritos del GIEI que nunca pudo pasar en el basurero de Cocula. Esto es lo que habría tenido que inventar El Jona para complacer a sus interrogadores.

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